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CHANTAJE (Parte I ). HISTORIAS DE LA CABAÑA  

rm_cuarentanero 58M
122 posts
8/22/2012 4:15 am
CHANTAJE (Parte I ). HISTORIAS DE LA CABAÑA


Recientemente he conseguido el puesto de director financiero de un grupo empresarial. Por encima de mí sólo está el Director General, el Consejero Delegado y el Presidente. Y estos dos últimos, pensando en su jubilación dentro de 6 y 3 años respectivamente. Tengo un excelente sueldo envidia de muchos, soy reconocido profesionalmente en mi sector y tengo una excelente posibilidad de promocionar si juego bien mis cartas.

Manejo las cuentas de un holding de 14 empresas repartidas por toda España con 350 trabajadores directos. A pesar de la situación, nuestros números saneados, muy saneados. En parte, por las políticas de expansión que hemos acometido, calculadas, medidas, sin asumir riesgos innecesarios. Y en parte, por la férrea política de control de gastos que aplicamos. El Director General y yo compartimos secretaria.

P, nuestra secretaria, ronda los 50 años. Es un poco mayor que yo. Rubia, ojos azul claro, no muy alta. Conserva buen tipo. En su momento debió ser una mujer espectacular, aunque los años pasan para todos. Sin embargo, en su caso, el refrán español es de plena aplicación, “el que tuvo, retuvo”. Es una mujer seria, profesional, un poco cortante. Salta a la vista que el Director General y ella están muy compenetrados. Es lógico, llevan ambos mucho tiempo trabajando juntos.

Que nadie piense que mi situación actual es regalada. Trabajo duro. Prácticamente no tengo vida social, reuniones y comidas de trabajo, viajes de supervisión a las empresas y delegaciones, fines de semana preparando proyectos de expansión y revisando informes.
Trabajo, trabajo, trabajo.

Y, como soy un hombre normal, de vez en cuando busco compañía femenina. Contactos profesionales, nula implicación sentimental. No tengo tiempo para más.

Últimamente he abusado un poco de los servicios de teléfonos eróticos. un poco descafeinados, pero cuando estoy reventado en una habitación de hotel, con reunión a primera hora del día siguiente y el Director General en la misma planta, me parece un aceptable sucedáneo de pedir a una chica que venga a visitarme a mi habitación. Y, sobre todo, bastante más discreto.

Hoy es un precioso jueves de primavera.
Todos los proyectos encauzados, se presenta un cierre normal de mes, salgo a una hora decente.

- Hasta mañana, P. No te quedes mucho rato.
- Hasta mañana, V. No, sólo quiero revisar las facturas de teléfonos para pasarlas a Contabilidad.

Al llegar a casa, cojo la factura de la compañía de teléfonos de entre el correo. Al revisarla suelto un “Hostías, No, No, No”.
Empiezo a maldecir la política de control de gastos, las tarjetas duales y, sobre todo, lo torpe que puedo llegar a ser cuando de manejar tecnología se trata.
Para ahorrar costes y facilitar el que los directivos que tenemos asignados teléfonos de la compañía no tuviéramos que cargar con dos terminales, decidimos que todos nuestros teléfonos llevaran tarjetas duales. De esas en las que decides, cuando conectas el teléfono, si utilizas el número de la empresa o el tuyo particular. La idea es hacer las llamadas profesionales con el número de empresa y las personales, con el propio. En nuestros domicilios recibimos la factura personal y en la empresa, la corporativa. P se encarga de revisar que los consumos de los directivos están en línea con los promedios y que no hay nada raro y luego envía un resumen a Contabilidad. En la práctica, lo habitual es utilizar el número de empresa entre semana y el propio los fines de semana. Lo que hacia yo era cambiar la conexión antes de hacer las llamadas a los teléfonos eróticos y volver a la situación original cuando finalizaba. Pero en algún momento a inicio de este mes, me equivoqué. No hice el cambio correctamente, o lo hice de más. No se. El caso es que en todo este mes, los periodos de facturación que recogen mi factura personal se corresponden con las horas en las que creía estaba usando el teléfono de empresa. Y me temo que en la factura de la empresa, estarán recogidas mis llamadas personales. Con una facturación muy abultada y un detalle de llamadas sospechoso.

Me paso toda la noche dando vueltas al asunto.
Soy una persona adulta que ha cometido un error tonto, puedo reponer el dinero a la empresa y punto. El dinero no es el problema. La pérdida de reputación, si. Mi entorno de trabajo es bastante conservador. Y estoy seguro que mis superiores no verán con buenos ojos que el director financiero use servicios de teléfonos eróticos. Adiós a mi promoción futura, si no es algo peor.
Estoy seguro que P ya se ha dado cuenta. ¿No había dicho que se quedaba para revisar las facturas de teléfonos? El importe y los números la han tenido que llamar la atención.
¿Qué explicación puedo darle? ¿Y como hacer para que me ayude a arreglar el desaguisado? Lo veo muy complicado, es tan distante.

Llego a la oficina quince minutos antes de lo normal.
P ya está en su sitio y me mira muy seria. Creo que no puedo evitar que se note que estoy preocupado, quizás hasta algo ruborizado.

- P, por favor, cuando puedas ven a mi despacho. Me gustaría comentar una cosa contigo.
- ¿Sobre las facturas de teléfono?

Su voz es gélida. Y ahora si estoy seguro, me he ruborizado

- Ejem, si.
- Voy en cinco minutos
- Gracias

Siempre he pensado que al toro hay que cogerlo por los cuernos, aunque te embista. Así que cuando entra P, le comento directamente.

- Como habrás podido observar, en algún momento a inicios de mes me confundí al pasar del numero corporativo al mío personal. Y he estado así durante todo el mes sin darme cuenta. Como también habrás podido comprobar, utilizo algunos servicios de tarificación adicional
- Teléfonos eróticos – Me interrumpe de un modo seco.
- Si, teléfonos eróticos. Mi situación personal es la que es y de vez en cuando uso de esos servicios para desahogarme. No sé si me comprendes.

La mirada de P es dura. Su gesto no se altera. Yo esperaba algún tipo de reacción, no se, unas risitas, que se escandalizara, algo. Me mira en silencio, impertérrita.

- Bueno, P. El caso es que me gustaría poder arreglar esto con la menor publicidad posible. Está claro que reintegraré el dinero a la empresa, pero no quiero que se haga público.
- ¿Me estas pidiendo que haga algo fuera de las normas con la factura? ¿Qué falsifique datos?
- Mujer, dicho así.
- ¿Cómo lo dirías tú?
- No se, te estoy pidiendo un favor.
- No. Me estás pidiendo que te salve el culo. Que oculte de alguna manera un documento oficial para que nadie en la empresa se entere de a qué números llamas. Si se enteraran tus subordinados, probablemente se reirían un poco de ti y perderías un poco de credibilidad ante ellos, nada que no puedas superar, eres válido para ello. Pero si se enteran en el Consejo, olvídate de ser Director General. Aunque seas válido. Y para ello me pides que yo haga algo irregular.
- P, te compensaré por ello. No sé como, pero lo haré

Por primera vez, el gesto de P ha cambiado ligeramente. Ha esbozado una torva sonrisa, no muy perceptible.

- ¿Ah, si? ¿Y que puedes hacer tu por mi?
- No se, lo que me pidas. Comentar con J que tu subida de sueldo sea mayor, negociar más días de vacaciones, no se, lo que sea.
- Tus propuestas patéticas. Según tú yo me tengo que arriesgar y tú vas a interceder ante J, con el que tengo más trato que tú, sobre mi salario y mis vacaciones.
- No se, P. Pídeme lo que quieras, que si está en mi mano lo haré.
- Cancela los birriosos planes que pudieras tener para este fin de semana. Te voy a enviar un email con indicaciones de como llegar a una cabaña apartada de un conocido mío. Quiero verte en ella mañana a las 10 en punto de la mañana.

P ha salido de mi despacho sin mirara atrás. Me ha dejado con la boca abierta, no me ha dado opción a contestar. Estoy aturdido.

Recibo un correo de P a los 10 minutos. Viene una explicación escueta de cómo llegar a una cabaña ganadera que por lo que veo está perdida en medio del monte. En realidad, pocas las citas que tengo que cancelar.

La noche ha sido un poco más tranquila que la de ayer. Sólo un poco. Por un lado, me da la impresión de que P va a hacer algo por ayudarme. Pero su reacción y lo cortante que ha sido, me descoloca. ¿Qué cojones quiere de mi?

Salgo con tiempo de casa. Hace una mañana espléndida. El viaje es agradable aunque el último tramo es un camino de cabras. Temo que se me desmonte el coche. Eso si, las vistas que empiezo a ver impresionantes.

Por la descripción, esa es la cabaña. Y veo el coche de P aparcado al lado. El entorno es bucólico. Y, por fuera, la cabaña parece una cucada.

Llamo a la puerta y oigo la voz de P que me dice que entre.
Abro la puerta con una sonrisa jovial que se queda helada en mi cara.
P me está esperando de pie en medio de una estancia amplia, con una chimenea en una esquina, una cocina en uno de los lados de la pared y un sillón enfrentado a la chimenea.

¡Vestida con un traje de cuero ceñido!
Se aprecian sus formas redondeadas y, destacando, sus senos, bastante grandes.

Del estupor paso a la incredulidad. Y no a la risa porque la mirada de P es terriblemente dura. Y porque soy plenamente consciente de lo que me ha llevado allí.

- Pasa y cierra la puerta.
- ¿Qué es esto, P?
- ¿Tu quieres que te salve el culo?
- Si.
- Pues te lo vas a tener que ganar
- ¿Cómo?
- Vas a ser mi esclavo sexual este fin de semana.
- No hablarás en serio – Lo digo sin convicción, está claro que sí habla en serio.
- Pues si crees que no hablo en serio, coge la puerta y lárgate.

Me quedo quieto.

- Pero, pero, ¿qué quieres que haga?
- Todo lo que yo te ordene
- ¿Y tu que harás por mi?
- El lunes pasaré a Contabilidad el resumen de las llamadas. Justificaré el incremento de saldo de tu línea diciendo que se corresponde con llamadas al extranjero por el proyecto de internacionalización que tenemos en marcha. Y luego archivaré yo misma la factura, garabatenado encima de los números indicando que llamadas especiales autorizadas por J.
- Eso sería estupendo, P. Pero, ¿qué quieres de mi? ¿qué te folle?

La sonrisa de P vuelve a parecerme malévola.

- Eso es lo único que yo no te voy a pedir. Vas a ser mi esclavo este fin de semana. Y vas a hacer todo lo que yo te ordene. Si no cumples con todo lo que te diga, te castigaré. Y tendrás que cumplir los castigos sin protestar.
- Nunca he hecho nada parecido a esto, P.
- Lo supongo. Y supongo también que va a ser muy interesante. Me da la impresión de que eres más duro de lo que pareces y jugar contigo va a ser muy divertido. Decide si te quedas o te vas. ¡Ya!
La miro incrédulo.
Como todo el mundo con un mínimo de cultura, he oído y leído generalidades sobre BSDM. Pero nunca he practicado nada parecido, ni en broma. Unos cachetitos, un poco de brusquedad y palabras soeces, no creo que cuenten. Y, desde luego, nunca me habría imaginado en la situación de ser quien tiene que obedecer. Me gusta trabajar en equipo. Pero soy consciente de que la responsabilidad va en el sueldo y en la capacidad para asumir decisiones. Dicho en cristiano, al final, mandar. Estoy acostumbrado a ello y me gusta

- Me quedo.
- Desnúdate.
- ¿Qué?

P ha cogido una especie de palmeta para matar moscas y me ha cruzado la cara con ella. Si no la he dado una hostia en todos los morros es porque; es una mujer, su mirada desafiante parece indicarme que es lo que está esperando que haga y, sobre todo, porque soy consciente de que me tiene cogido por los huevos.

- No se cuestiona una orden mía, se cumple y punto. No se me mira a la cara. No se me habla si yo no pregunto. Y siempre que te dirijas a mi, me llamas Ama. ¿Entendido?

Me cuesta contenerme.
Necesito cambiar el chip, ya sé. Esto va a ser como un proyecto, muy corto, de tan sólo dos días de duración. Aunque me temo que se me van a hacer muy largos.
P espera mi respuesta.

- Si, Ama
- ¿Y bien?

Empiezo a quitarme la ropa. No hace frio, pero tampoco calor. No me importa desnudarme delante de extraños, siempre he sido bastante poco pudoroso en ese sentido. Aun y así, se me eriza el pelo, no se si por la temperatura o por la sensación de estar desnudándome delante de una compañera de trabajo, una subordinada en realidad, que me tiene atrapado. Tengo claro que voy a intentar cumplir a rajatabla sus indicaciones. Y si ella no cumple, el lunes le parto los morros. Total, de perdidos al rio.

Después de quitarme el calzoncillo, al ir a ponerme las deportivas …

- ¿Qué haces?
- Calzarme ….. Ama
- ¿Y yo te he dicho que te calces?

Respiro hondo.

- No, Ama
- Ponte a cuatro patas en el suelo con el culo en pompa. Te voy a dar 10 azotes por no hacer exactamente lo que te he ordenado.

Obedezco.
P me golpea en el culo con la especie de palmeta. Sus golpes enérgicos, los da con fuerza. El impacto se nota, aunque el dolor no es excesivo. El hecho de que no emplee un látigo o una fusta mitiga el castigo. La palmeta es plana y la sensación es parecida a recibir azotes dados con la palma de la mano.

Tengo la sensación de que no es la primera vez que lo hace. Sus golpes se centran en mi ano y muslos. Voy notando calor, que asciende por mi ano y llega a mi zona escrotal. Y para mi sorpresa, noto que se me empieza a poner morcillona. Supongo que es una mezcla de nervios, de verme allí desnudo y del calor que entra en mi desde mi trasero.

- Levántate, esclavo. Cada vez que me desobedezcas, el castigo irá en aumento.

Me he levantado y quedado quieto, mirando al suelo. No quiero cruzar mi vista con la suya.

- Vaya, ha habido algún pequeño cambio en tu anatomía. Creo que me lo voy a pasar muy bien, si.

Por un lado cogería la palmeta y se la rompería en la cabeza. Por otro me siento abochornado de que se me haya puesto morcillona. Y su comentario, encima hace que no baje la ‘inflamación’. Nunca pensé que me pasaría algo así. Siento como si hubiera perdido un asalto.

- Coge leña de la leñera que está ahí fuera y enciende la chimenea. Te encargarás de que no se apague hasta que nos vayamos.
- Pero, ¿salgo así, Ama? – Le he preguntado mirándola a la cara. Inmediatamente me doy cuenta de que lo esperaba.
- ¿Cuestionas una orden mía y te atreves a mirarme?
- Lo siento, Ama – le he respondido bajando la cabeza.
- Más lo vas a sentir cuando acabes de encender la chimenea. Venga, ¡muévete!

Salgo desnudo a recoger leña. El entorno es muy solitario, no creo que haya muchas personas alrededor que puedan verme. Tampoco es algo que me preocupe especialmente. Al principio ando con cuidado para no lastimarme los pies. Pero luego veo que no hay de qué preocuparse, la hierba es mullida y todavía está ligeramente húmeda. Cojo la leña mezclando palos gruesos con otros más finos para facilitar el que prenda.

Cargo de leña la chimenea y busco si hay alguna cerilla o mechero cerca. Los encuentro al lado, junto con pastillas para facilitar el encendido. La leña está seca y empieza a arder en seguida. Gradúo el tiro.

- Por lo menos no eres totalmente inútil. Sabes encender una chimenea.
- Gracias, Ama

¿Le he respondido ‘Gracias, Ama?

- Pero eso no va a evitar tu castigo por las dos faltas anteriores, cuestionar una orden mía y mirarme sin mi permiso. Ven aquí.

P se ha sentado en el sofá, apoyando sólo el culo en el mismo. Sus piernas están en ángulo recto, ligeramente separadas.

- Ven aquí, esclavo. Arrodíllate y ponte sobre mi regazo para que pueda darte el castigo que te mereces. No te pongas demasiado cómodo, no quiero soportar todo tu peso. Eso es, apóyate con las manos en el suelo.

Estoy a cuatro patas encima de las piernas de P. Me empuja para que mi culo quede justo encima de sus rodillas y me obliga a bajar un poco la cabeza para volver a tener el culo en pompa. Reparto el peso de mi cuerpo entre mis brazos, sus rodillas y mis pies.

De repente coge mi pene y lo coloca entre sus rodillas, presionándolo un poco con estas. Al sentir el contacto imprevisto, he dado un pequeño respingo aunque no he dicho nada.

- No seas tan sensible, esclavo. Te voy a dar 30 azotes. 20 por volver a cuestionar una orden mía. Es la segunda vez. Y 10 por mirarme sin mi permiso.

Esta vez usa su mano desnuda. Antes de cada azote, acaricia suavemente mi culo. Da los golpes con fuerza y con un ritmo constante. Y en cada impacto oprime ligeramente las rodillas presionando mi polla. Concentra los golpes en la unión de mis piernas con el culo.

Evidentemente, lo que siento no caricias. Aunque tampoco es un gran dolor. Es molesto, por lo menos al principio. Dudo de a quien le acabará doliendo más, si a ella la mano o a mi el culo.

Al cabo de 7 azotes – me ha ordenado que los cuente en voz alta – empiezo a notar el mismo calor que antes que se extiende desde mi culo hacía dentro. Esto, unido a la presión que hace con sus rodillas, hace que mi pene vuelva a ponerse morcillón.

P lo nota y directamente lo coge para reubicarlo mejor entre sus rodillas. Al notar el contacto de su mano el crecimiento se acelera.

- Esclavo, te prohíbo que te corras sin mi permiso.

Pero, ¿qué se ha creído? ¿Qué porque me toque un poco la polla y esta se me empalme me voy a correr?

- 12, 13, 14, 15

P debe estar entrenada. No afloja ni en el ritmo ni en la intensidad de los golpes. El dolor es un poco más intenso que antes. Pero queda mitigado por el placer que siento cada vez que aprieta las piernas en el gesto de golpear. No es lo mismo sentir presión en el pene cuando esta adormilado que cuando está preparado para la acción. Y ahora lo está.

- 28, 29, 30.

Los diez palmetazos más los treinta azotes han acabado escociéndome el culo. Pero reconozco que, en conjunto, no ha sido una sensación desagradable. Era como estar siendo masturbado por las rodillas de P a cámara lenta.

Su respiración es agitada y está ligeramente sudorosa.

- Esclavo, coge carne de la nevera y prepárame una barbacoa.

Desnudo, con el culo dolorido y empalmado, abro la nevera, miro lo que hay y saco comida para preparar una barbacoa para dos personas. Hay comida de sobra. Salgo fuera para prepararla y al recoger la leña caigo en la chimenea. Mientras se preparan las brasas, recojo más troncos de la leñera y entro a cargar la chimenea.

Estoy desnudo y por un momento me asombro de no haber dado importancia a esto, salvo en el momento en que el fuego de la barbacoa ha cogido más intensidad. Calentaba mucho y ahí mi pene ha acabado de perder toda su turgencia. Supongo que una reacción de supervivencia, al pensar en salchichas a la barbacoa.

- Ama, ¿puedo beber algo?
- ¿Quién te ha dado permiso para hablarme, esclavo?

Jooodeeer ¡¡¡¡¡¡¡

- Cuando quieras hablar conmigo debes ponerte de rodillas delante de mi, con la cabeza mirando al suelo y esperar a que yo te de permiso para hablar. ¿Has entendido, esclavo?
- Si, Ama
- Date la vuelta, agáchate y pon las manos sobre tus rodillas.

Hago lo que me dice y de reojo veo que coge un listón de madera de unos 10 cm de ancho. Voy a acabar con el culo hecho papilla. Me da 10 buenos azotes con el listón. Tengo que reconocer que estos ya si me han dolido, aunque no he protestado y he aguantado estoicamente. Cuando ha acabado, P ha cogido una crema y me la ha aplicado por todo el culo, parte superior de los muslos incluidos. Con el dedo ha introducido un poco de crema en mi ano.

- ¿Has aprendido la lección, esclavo?
- Si, Ama

Así que hago lo que me dijo antes, me pongo de rodillas delante de ella con la cabeza mirando al suelo y espero.

- Habla, esclavo.
- Tengo sed, Ama. ¿Puedo beber algo?

Me pone un tazón grande de desayuno con agua en el suelo. Y yo que creía que las barbacoas se hacían con una cerveza en la mano.

Me pide que le sirva la comida. Cuando ve la cantidad que he puesto …

- Esclavo, ¿te crees que soy un elefante para comerme todo esto?
- Ama, pensaba que yo también iba a comer.
- ¿Y desde cuando un esclavo come lo mismos que su Amo?

En ese momento pienso que como me siga dando palmetazos en el culo mañana no voy a poder conducir de vuelta. Pero el castigo esta vez es diferente.

- Por tu engreimiento, no vas a comer nada hasta la noche.

Bueno, lo resistiré.
Después de comer, mientras P se queda tumbada al sol, a mí me ordena que recoja todo. Y que limpie el suelo. Pero lo tengo que hacer con un cepillo de escoba que no tiene palo y de rodillas. Y que cuando acabe, me quede de pie, con las piernas abiertas y el cuerpo inclinado hacia delante, sacando el culo. No es una postura cómoda. Sin embargo lo llevo bastante bien, estoy acostumbrado a esfuerzos físicos.

- Voy a salir a dar un paseo, esclavo. Ponte estas esposas.

Me ha dejado esposado a la viga que sostiene la estructura de toda la cabaña. Puedo cambiar de postura, incorporarme y, si no me doliera tanto el culo, hasta sentarme en el suelo. No sé cuanto tiempo ha estado fuera. A mi se me ha hecho bastante largo y además empiezo a ver que la carga de la chimenea está empezando a consumirse.

Cuando P regresa, me alegro. No se si me dará mucha conversación, pero supongo que será un poco menos tedioso al tener a alguien más cerca. Además me estoy meando.

- Esclavo, haz tus obligaciones y prepárame una ensalada. El paseo me ha abierto el apetito.
- Si, Ama

Salgo escopetado para recoger leña y cargar la chimenea antes de que se apague. Una vez cargada, salgo fuera y aprovecho para mear en el borde del camino. Supongo que si pasara alguien, se llevaría casi tanto susto como yo al ver a un hombre meando desnudo en medio del monte. Empieza a refrescar bastante y se me eriza la piel. Hago acopio de más leña para dejarla dentro de la cabaña y no tener que salir luego.

Después de que P ha cenado, me pone restos de su comida en un plato que me deja en el suelo. En realidad trozos e carne de la barbacoa y la ensalada que ha destrozado con los cubiertos. Se ve que no quiere que me muera de hambre, aunque tampoco me de facilidades. A pesar de que está todo frío y mezclado, no como, devoro.

Después de cenar se ha puesto un chupito de orujo de hierbas, creo. No estoy seguro. Lo que si sé es que olía bien. Y se ha puesto a leer desde el sofá. A mi me ha usado como apoya pies. Al principio, el calor de la chimenea era agradable, pero al cabo de un rato ha empezado a ser molesto. Afortunadamente, ha decidido ir a la cama pronto.

- Esclavo, vamos a la cama.
- ¿Te sorprendes, esclavo? ¿Qué te creías? ¿Qué no íbamos a dormir?

Dejo cargada la chimenea a tope.

estrellavoladora 100F
2082 posts
8/22/2012 8:33 am

lo siento pero si era un perito que queria para un finde haberlo buscado , a mi estos rollos de sumision en pplan perrita no me va , pero si somos dos perritos tal vez sea mas entretenido . ya que estaremos de igual a igual perriteando en el suelo .
lo siento pero desde luego poco que decir me has deja , anodadada...aaa

EsTrEllaVoLaDoRa


dulce69692008 87F

8/22/2012 8:41 am

==========================================

¡¡ De verdad eres increible escribiendo V. !!

Me he partido de la risa con lo de ama y esclavo.?*?*

Me encantó.

Sé que no es una historia real, pero no puedo parar de pensar
que eres tú el que se metió en ese lio, e imagino infinidad de
cosas.......te imagino...te imagino...

De verdad que tienes que terminar de escribir un libro de verdad V.
porque sé que tendría exito. La gente lo comprará.

No dejes nunca de escribir. Se te da muy bien.

Estoy deseando leer la segunada parte.

....besitos y mimitos, eres mi escritor favorito!

Mi blog: dulce69692008


rm_cuarentanero 58M
402 posts
8/23/2012 12:12 am

    Quoting  :

¿Te van los ejecutivos?
(Y yo que estoy hasta ... de llevar traje y corbata todos los días. Será por eso que los fines de semana voy de lo más zarrapastroso cuando estoy en mi cabaña).

No creo que la posibilidad de ser sumiso tenga que ver con el nivel de poder. Otra cosa es que pueda ser más 'chocante' ( aunque este no sería nunca mi role, yo no me someto ni a mi mismo ).

Y con respecto a lo de vida propia, a veces es muy dificil. Puede depender del cargo exacto que ocupes, situación y filosofía de la empresa, tamaño de la ciudad .... Y como encima tu vida propia no sea la 'estandar' ....

Los demás no se, yo por lo menos si tengo sentimientos (aunque a veces pienso que casi sería mejor no tenerlos)


rm_cuarentanero 58M
402 posts
8/23/2012 12:16 am

    Quoting estrellavoladora:
    lo siento pero si era un perito que queria para un finde haberlo buscado , a mi estos rollos de sumision en pplan perrita no me va , pero si somos dos perritos tal vez sea mas entretenido . ya que estaremos de igual a igual perriteando en el suelo .
    lo siento pero desde luego poco que decir me has deja , anodadada...aaa
Estrella,
dicen que en la variedad está el gusto.


rm_cuarentanero 58M
402 posts
8/23/2012 12:26 am

    Quoting dulce69692008:
    ==========================================

    ¡¡ De verdad eres increible escribiendo V. !!

    Me he partido de la risa con lo de ama y esclavo.?*?*

    Me encantó.

    Sé que no es una historia real, pero no puedo parar de pensar
    que eres tú el que se metió en ese lio, e imagino infinidad de
    cosas.......te imagino...te imagino...

    De verdad que tienes que terminar de escribir un libro de verdad V.
    porque sé que tendría exito. La gente lo comprará.

    No dejes nunca de escribir. Se te da muy bien.

    Estoy deseando leer la segunada parte.

    ....besitos y mimitos, eres mi escritor favorito!
Reina de los emoticonos,

lo de escribir un libro es algo que tengo en mente (en mente toda la historia, escritas sólo las primeras páginas).

Y vistas vuestras respuestas y que cada vez entran más perfiles de hombre a leer el blog (algo que me extraña) me estoy planteando seriamente el hacerlo.
( lease esto con acento de Escarlata O'Hara en "Lo que el viento se llevó" ) Y si llega ese día, a esta Web pongo por testigo que te haré llegar un ejemplar dedicado.

Espero que la segunda parte no os defraude.
A mi, lo de escritor favorito, me ha impactado.

Un beso


_Ashtaroth_ 48M
6521 posts
8/24/2012 8:27 am

Interesante relato y bien contado voy a por la segunda parte.

saludos



Si liberas tu mente y dejas fluir tu imaginacion todo puede ocurrir
id:541967


Dinora19622 61F
2203 posts
8/27/2012 10:06 am

Me encanta

Sary


torlolita 55F
221 posts
8/31/2012 4:30 pm

Yo también he oído lo que dice mujercuriosa, que hay muchos sumisos con mucho poder social o económico. Supongo que será por aquello de que están hasta las narices de dar órdenes y tener que llevar el control todo el día, y es un relax dejar las decisiones en materia sexual en manos de otro. Me parece más creible que ser un Amo como Grey, el de las cincuenta sombras.

Entretenido relato, un puntazo lo de las ortigas ¿se pueden comprar en algún sitio? Es que lo de la excursión al campo va a ser que no, si me pongo a buscar entre hierbajos, acabaré trayendo cardos borriqueros, la botánica no es lo mío.

Un saludo


rm_cuarentanero 58M
402 posts
9/3/2012 6:07 am

    Quoting torlolita:
    Yo también he oído lo que dice mujercuriosa, que hay muchos sumisos con mucho poder social o económico. Supongo que será por aquello de que están hasta las narices de dar órdenes y tener que llevar el control todo el día, y es un relax dejar las decisiones en materia sexual en manos de otro. Me parece más creible que ser un Amo como Grey, el de las cincuenta sombras.

    Entretenido relato, un puntazo lo de las ortigas ¿se pueden comprar en algún sitio? Es que lo de la excursión al campo va a ser que no, si me pongo a buscar entre hierbajos, acabaré trayendo cardos borriqueros, la botánica no es lo mío.

    Un saludo
Sinceramente, desconozco si entre la gente con mucho poder económico o social hay mucho sumiso. No es mi caso en ninguno de los dos casos (que redundancia más bonita me ha salido).

Me ha impactado lo de 'comprar ortigas'.


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