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Mi primera vez contigo  

Fernando62662 32M
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9/6/2018 3:49 pm
Mi primera vez contigo


La primera vez que lo hacía, no me refiero a la primera vez que lo hice, claro que no, esta vez refiero a la primera vez que estuve en un lugar de tal calaña y cala, además de alguien como tú. Pero bueno, todo tiene un orden causal y cronológico, comencemos con todo lo que me trajo a relatar esta pequeña historia.
Después de un rompimiento rotundo, con la única consecuencia de mi corazón roto, no había consuelo ni mujer que pudiese suplir su ausencia, cada fin de semana me parecía más y más desolador; aunque salía con muchas chicas, muchas, en verdad muchas, incluso más lindas que ella, el hecho es que no encontraba mi lugar en ningún lado, salvo mi patineta, eso es mi axioma de vida, en fin. Cada fin de semana más triste mendigando un amor repelido y del cual no quería aceptar su conclusión, le pedí a un amigo me acompañase a un lugar, erróneamente llamado “de mala muerte” y fue así que comenzó la aventura.
Al inicio del viaje no sabía ni que pensar, es como cuando escuchas de Disnelandia pero jamás la has visitado, sólo puras especulaciones y relatos de oídas. Una vez que llegamos al lugar, no sin antes dar muchos rodeos hasta dar con el preciso lugar, se encontraba ahí, en una simple puerta de aluminio, sin otra fachada más que la leyenda Hotel … Entré, y una vez dentro de la edificación se encontraba el mayordomo de todas las habitaciones, y con un gesto de cordialidad caballería estilo siglo XIX me invito a pasar y decirme cuales eran la damiselas con disponibilidad para recibir, una supuesta puerta número 5, la cual no tenía número, pero por suerte y mi buen instinto de ubicación me dirigí hasta la supuesta puerta, toque levemente la puerta, y sólo se entre escuchaba un susurro profiriendo las palabras de que en un momento estará disponible.
Poco tiempo después de la pequeña espera y con el nerviosismo ya un poco moderado, decidí tomar toda la calma del mundo y esperar a que se abriese la puerta, claro, también era motivo de la cábula medio discreta de los caballeros sentados en la recepción del hotel, lo cual no me afectó en lo más mínimo, sólo estaba esperando el momento en que saliese la dama, y bueno, tras un minuto de espera, no menos, cinco minutos de espera salió la dama para verificar quien llamaba a su puerta, al ver que sólo yo era el único en fila, entré, rápidamente entablamos conversación acerca de la propuesta económica del servicio, quedando en una muy módica cantidad, sorpresa para mí al ver que es menos de lo que gastaba con mi ex, y al ver la chica tan despampanante que era, no lo dudé siquiera un momento, acepté el servicio básico, más un servicio extra, debo alardear, los billetes salieron de mi bolsillo sin siquiera titubear, pensé, no vaya a cambiar de opinión y sea más caro, tomó el dinero y procedió a efectuar el pago con el recepcionista, sólo diciendo “Espérame, ya vengo, ponte cómodo, lo que ella no sabía es que ya lo estaba.
Una vez realizado el trámite administrativo, me senté a esperar en la cama del cuarto, el cual debo agregar, estaba muy cómodo y lujoso, totalmente contrario a la fachada del hotel. una vez ahí comencé a despojarme de la poca ropa que llevaba, no con mucha velocidad para que no notase mi nerviosismo y las ansias locas que tal dama podía producir, ella hizo lo propio con la naturalidad con la que una flor se baña bajo el sol y preguntó, ¿qué gustas primero, posición o normal ? Le contesté que estaría bien iniciar normal y dejaríamos lo mejor para el final, ya que en la cuenta final se facturaría la posición normal y dos posiciones extra, sin duda estaba de suerte.
Una vez desnudos ella comenzó el ritual de higiene, colocar con la más grande maestría el condón, me aliviaba ver que sabía cómo y qué hacía, la excitación era evidente y la lubricación artificial tenía cinco estrellas, más la ligera excitación para que llegase bien erguido a su destino, decía ella, “No vaya siendo que cuando lo quieras meter se por flacidez” , la verdad era que eso ni era considerado dentro de mi imaginario, más bien lo veía como dos o tres plus en el servicio ofrecido, ya que incluía jalar mi miembro para que llegase firme como una gran segolla canadiense, incluso me decía a mismo “no te vengas con la sola jalada, aún queda más por delante” .
Acto seguido y ambos sobre la cama, comenzamos a hacer un poco del viejo mete saca, citando a Burge, sexo que comenzó como hace mucho no comenzaba, metiéndola como un animal en celo y que estaba en cautiverio, y es que me permito decir siempre había iniciado con las practicas humanas más usuales, besos, caricias y memeces, tal como decía mi romántica y babosa ex, ya que precisamente mi ex más reciente siempre quería que adornarnasemos el acto sexual con un poquito de ternura, la cual siempre era un poco tedioso, ya que ni ella misma lo era, imaginen que difícil. Regresando al tema y experimentando la idea que estaba sucediendo, la posibilidad de meterla como si no tuviese un inicio y un final, una sensación de efímera eternidad, según los teóricos de la teología orgiástica. Ya situado en ese momento y en el inicio tan instintivo y genial jamás dado acto en mi corta biografía, sólo podía concentrar cada ápice de mi ser en disfrutar el momento, hedonismo completo, ya que cuando se trata de disfrutar el momento, sabía que tenía que percibir lo más posible y ser consiente de mi estado fenoménico de excitación y lujuria, ya que en menesteres de dinero y tiempo, esté ultimo pasa volando, como dice la canción de Dinamo “El tiempo es un invento con un carácter muy violento, si es bueno, pasa de prisa, si es malo pasa muy lento”.
Por los motivos anteriores, debo decir, y para ello dedique este párrafo en específico. Según mi percepción tengo conciencia de cada recuerdo y palabra que intercambiamos durante todo es mágico momento, si lo sé, ¿quién habla mientras coge?, creo que sólo su humilde escritor. Detalles nada valorado por los viejos amores, ya que siempre decían “cállate y coge” siendo que ellas no sabía que también con las palabras se puede coger de una manera muy placentera y además con una pizca de intelecto. Cuando el cuerpo ya no da más, créanme mis lectores, unas cuantas palabras tras la oreja de tú pareja serán suficientes para que se diese otras dos o más buenas venidas, claro, con lujo de extralujuria, e incluso la semántica del acto sexual se ve altamente enriquecida y promovida con lenguaje verbal, sin demeritar claro, el lenguaje no verbal.
La cosa es que no sólo obtuve una cogida por la misma cantidad, sino una terapia catártica de las emociones, todo mientras practicaba el viejo y confiable coito, y ahora mejor, un coito verbal, a lo cual no sé si sería por su experiencia o por la misma determinación e inclinaciones propias , que ella también parecía disfrutar mucho, creo que mi profesor de filosofía del lenguaje estaría feliz al ver que se lograse uno de los objetivos de la materia, develar entendimiento y comunicación con tal presteza y maestría.
Una vez en la comodidad de la cama y ya con el acto iniciado, me inundé de la más completa calma al estarlo haciendo, tome un grado de conciencia que me llevaba a disfrutar todo lo que estaba viviendo, como si ese fuera un momento irrepetible y único, los teólogos lo llamarían por sus condiciones, milagro, el cual quizá deje de serlo cuando se repita una y otra vez, mientras tanto conserva su estatus metafísico.
Al verle recostada en la cama y debido a su complexión pequeña, era relativamente fácil el maniobrarla, lo mismo que enpiernobrarla, ya que tomaba sus lindos y suaves pies creando la vista más magnifica que pudiese tener, desde su lindo rostro, su lindo cuerpo y el menú principal, su vagina siendo penetrada una y otra vez, no es que sea voyerista pero me gusta contemplar mi propio show y lo que estoy haciendo. Una vez dejado en automático el viejo mete-saca, me centré en jugar con sus pies; siempre había tenido la duda de verificar si con un poco de Footworking se lograría excitar más. Cosa curiosa, no dijo nada acerca de ello, pero mientras ingenuamente le preguntaba a qué más se dedicaba, ella respondía que “Solo estar de lujuriosa aquí” lo cual como mencioné anteriormente, me excitaba aún más. Acto seguido, comencé a acariciar desde las puntas de sus dedos hasta su cintura, deleitándome con la suavidad de toda ella, una piel tan sedosa que no parecía que si quiera utilizará cera para rasurar, era lampiña natural, claro, salvo su vagina, la cual como todos los casos de nuestra especie, es peluda, por lo cual le dije un cumplido acerca de su piel tan sedosa, ella reaccionó a mi comentario con la expresión “Tú también estas muy suavecito, pero no por estar lampiño, si no por lo peludo que estas” por lo cual agregué “ y eso te gusta?” claro, se siente muy bien lindo, ella afirmó. Seguimos charlando un poco acerca de sus gustos y los míos, los cuales coincidentemente fueron positivos de ambas partes.
Aún en la misma posición y después de una charla que hubiese querido se prolongase ad infinitum, tomé una nueva postura, la cual está dentro de los cánones del hacerlo “Normal” sólo que ahora en vez de ver el espectáculo desde lo alto, decidí recostar mi cuerpo sobre el suyo y adoptar la posición que mejor se ha acomodado para tener sexo, el confiable y viejo “misionero” con el cual tomé el control del ritmo, acompasándolo en una impresión con mayor profundidad y frecuencia; según la ley de la velocidad y la ecuación de distancia, estaba en un frenesí. Lo que para ella era ahora no sólo más movimiento, si no el estar equiparando su cuerpo con el mío, tanto en frecuencia, como en temperatura y hacia evidente su respiración se anormalizara por la nueva velocidad impresa, ahora yo llevaba el control, esporádicamente ella intentaba poder hacer algún esfuerzo extra para que la frecuencia aumentase, lo cual, sabía que era un intento de ello para poder frotar sus paredes vaginales con el glande que llegaba hasta los confines de estalagmitas y estalactitas vaginales, la evidencia en favor de ello era cuando paraba súbitamente y ya en la exploración en esa área, expresaba muecas que no había mostrado antes, por lo cual le dije “ ¿Te gusta, o como consideras que lo podría hacer mejor? ” Ella dijo, está bien, como gustes, así es muy rico, siento que cala, mas esta rico cuando sucede, por lo cual baje el ritmo y me enfoqué a meterlo y sacarlo lentamente, haciendo pequeños descansos cuando sabía que estaba en alguna de las áreas G, H, o Y a estimular.
Una vez consiente del efímero transcurso del tiempo, me decidí a no dejar ningún ápice de energía, bajo la explicación de los caballeros del Zodiaco, quemar mi cosmos era la única manera de hacer que una chica tan experta en tales menesteres quedase complacida, lo sé, yo soy quien debería quedar complacido, pero quien no se esfuerza por hacer lo mejor posible en todo. Apliqué toda mi energía para dejar en el límite tántrico el capítulo final del encuentro fortuito, ella parecía también pensar que llegaría a mi fin en ese acto, pero aún quedaban dos posiciones, sin duda me la jugaba.
Ya casi al final de ese primer frenesí ella me dijo, “Bueno, ahora te tocan tus posiciones, ¿Cual prefieres vaya primero? Le dije que me parecería bien hacerlo de perrito, y ella dijo, “Así que te gusta tenerme de perrita? Sólo me dio un poco de risa con la cual asentía el gusto otorgado por tal posición, ahora sin necesidad de dar un tutorial de cómo debía de hacerlo, obviamente ella sabía cómo, lo noté cuando tomo mi miembro y lo dirigió a su cavidad amorosa. Una vez posicionado y poseído por la estética tan pervertida del momento, comencé a hacerlo de nuevo, no rápidamente como el capítulo anterior, si no lentamente, admirando y en un estado de contemplación de su curvatura tan perfecta y bajo el aparente dominio de mi persona, no quedaba otro camino que observarle y frecuentemente efectuar cambios de velocidad lentos y frenéticos, traídos por el momento extático que me ofrecía estar así. Sin embargo, a momentos también tenía la necesidad de sentir en cada centímetro de mi ser el estar dentro y fuera de ella, completa y enteramente, pausados y bien estructurados compases de tiempo a cuatro cuartos, con el detalle de recoger su larga cabellera color negro entre mis dedos, sin duda me encantaba ver su rostro tan erondo cuando me mecía más hacia a ella y a su vez ella se acompasaba cual reloj Suizo.
En otro esfuerzo por hacer durar lo más posible tal momento, comencé de nuevo a deslizar la punta de mis dedos por todo su cuerpo, creo que amaba la tocasen con ternura y la penetren con rudeza, por lo cual ya cuando notaba que casi terminaba mi primera posición, comencé de nuevo a utilizar toda mi fuerza para poder de nuevo hacer sentir más para ambos, que bueno que sé un poco de química y los procesos de endo y exotérmia, ya comenzaba a notarse la agitación y temperatura de ambos cuerpos, en esa posición debo decir que no hablamos mucho, hacía falta la proximidad rostro a rostro, por lo cual no terminó con mucha novedad, eso sí, con mucha fricción y sentido de pertenencia y vulnerabilidad que me provocaba tal posición, y si así terminó esa posición, teniéndome muy pero muy excitado, al borde de venirme, me pregunto qué hubiese pasado si me hubiese venido, ¿Aun me daría la posición extra? Creo que hoy se lo preguntaré. Un poco fatigados ambos, pero en el tenor de continuar con tal empresa, me recosté en la cama para tomar un poco de aire, y pensando cual sería la última posición a efectuar.
La última de las posiciones era que ella se situase arriba de su humilde escritor, siempre me ha gustado que las chicas tomen la iniciativa y se muevan como les plazca cuando de sexo se trata, ellas saben dónde es el punto limítrofe de su excitación, pero dentro de la posición sumisa que les comento mis lectores, aun así el as bajo la manga de su escritor en tal posición es la posibilidad de sujetar a la chica de las nalgas y no dejar que escape a los embates de mi cuerpo contra el suyo, de esa manera sólo doblo un poco las rodillas y tengo a mi alcance la sensación de que los cuerpos se funden en uno sólo, en esos momentos había una doble maravilles, por una parte ver el rostro agitado y cansado de la tan hermosa meretriz, por otra, el viejo mete saca que sabía que se acercaba el acto final.
A pesar de su complexión atlética ella y su escritor estaban sudando como locos, como si hubiesen estado en una cámara de sauna por unas horas, finalmente alcancé el estado extático que buscaba, me vine tal como un nuevo concepto creado “Orgásmical” haciendo referencia a un orgasmo de proporciones cósmicas, tan sólo adornando con los últimos empujes fuertes pero aún consistentes, para que nada quedase atorado dentro de las tuberías del placer, sólo dejando los respiros de satisfacción regularan mi estado a su normalidad. Wow, fue genial le dije, es la primera y la mejor vez aquí, ella con una sonrisa dijo, “Que bueno que te gusto” y le dije que gastaría a partir de ese momento y en adelante todas mis mesadas en asistir una y otra vez, muy bien aquí te esperaré dijo ella.
Una vez terminado todo el evento sólo nos vestimos y tuvimos una conversación acerca de que es lindo y chido que existan lugares así, y claro, que sea consensuado, porque una cosa es la prostitución por decisión propia y otra el verse forzado a hacerlo, según testimonio y evidencia de ella, lo que me dijo era que ella tenía inspiración sólo en la lujuria y el Dios Eros, esto es lo que la motivaba a estar ahí.
Ese mis amigos es una pequeña historia sobre “mi primera vez contigo”, una historia, espero se repita en todos los casos posibles de quienes siguen la lujuria y libertinaje como filosofía de cabecera.

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