desde mi ventana
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Posted:Jun 29, 2012 12:13 am
Last Updated:Jun 3, 2015 10:01 pm
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Ese día me desperté con mucha sed, había tomado unos tragos de más la noche antes y me fui a la cocina sin vestirme, tomé par de vasos de agua y puse la cafetera al fuego, luego abrí la parte superior de la persiana ( a menos de un metro coincidía la ventana de la casa vecina, por esos horrores de la arquitectura en cuba) la otra ventana también estaba abierta solo arriba, como ambos solíamos hacerlo, para tener algo de privacidad, sin sofocarnos con el insufrible calor, el televisor estaba encendido y sentía con claridad el sonido de balance. cuando el café comenzó a colar y el aroma inconfundible se esparció sentí la voz de mi vecino: Café! voy en esa!, a muchos les puede parecer algo atrevido, pero les aseguro que es lo más natural del mundo en Cuba. sentí como abrió la persiana completamente y rápidamente me senté junto a mi ventana, antes de abrir la mía y extenderle la pequeña taza del humeante elixir, la ventana me daba por el ombligo, así que solo podía ver mi torso desnudo, Está bueno me dijo, el café, rectificó con malicia , me hice el desentendido y le respondí: claro, coño es café Cubita, del verdadero, él se sonrío y pronto me preguntó ¿ahora te levantas?, debiste cogerla en grande anoche, Solo unos tragos le dije, pero me acosté tarde. Al devolverme la taza entre las persianas me tomó la mano y me preguntó directamente ¿estás desnudo?, me quedé sin palabras, era mi vecino desde hacía poco menos de un año, casado y su esposa muy buena onda conmigo, Enséñame algo, me dijo otra vez, si quieres yo también te enseño, ya para entonces mi pinga estaba dura y también la suya que se sacó con rapidez del pijama que traía puesto, cuando me paré se quedó mirándome y me dijo: Coño flaco, que pinga más linda tú tienes, con una así dejaba locas a las mujeres, Y a los hombres, le dije, a los hombres también les gusta, sabes que yo tiro pa´ todas partes, el me miraba la verga como embobecido mientras hablaba de lo que le haría a las mujeres con un equipo así, yo me masturbaba disfrutando la forma en que me miraba, nos venimos los dos juntos, cada uno de su lado, luego cerramos las ventanas y como si nada hubiera pasado, solo que siempre que visito su casa, tengo que aguantar como un toro para que no se me pare delante de su esposa, mientras el me mira siempre al mismo lugar...
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Encuentro con el pasado
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Posted:Jun 20, 2012 2:33 am
Last Updated:Jun 3, 2015 10:02 pm
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Es este un encuentro con los inicios de la fotografía erótica, imágenes llenas de candidez e inocencia unas, de marcada afectación otras, pero todas sin dudas hermosas e imprescindibles en la historia del reconocimiento de las libertades sexuales, pioneras de la aceptación de la belleza de la desnudez y la sensualidad, ancestros pues de páginas como esta...
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El camionero y yo
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Posted:Jun 18, 2012 6:51 pm
Last Updated:Jun 3, 2015 10:03 pm
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Aquella noche recorría las calles despreocupado, cuando me encontré con un grupo de amigos-compinches y me quedé sentado con ellos en un banco del paseo, todos estaban en lo mismo, buscando alguien con quien tener algo de sexo antes de ir a dormir, yo me había tomado algunos tragos antes de salir y la verdad ya todo me daba igual.
El camión se paró en la calle, junto a nosotros y el conductor llamó a uno de mis amigos, este luego me llamó a mi y me lo presentó pues quería dar una vuelta conmigo ( no se que me encontró, pues ni de asomo era el más guapo de los allí reunidos) el tipo se veía demasiado viril y no me inspiraba confianza, mi amigo me dijo que no me preocupara, que el conocía al tipo y que era bien pasivo y sabroso, eso me convenció rápido y di la vuelta y me senté junto a él, al ponernos en marcha me puso la mano en el muslo y la subió hasta mi verga, Esta buena, me dijo, ¿me la vas a meter?, eso me puso bien caliente, seguimos hasta las afueras de la ciudad y se metió por un camino desolado.
El era un hombre grande, musculoso,con bigote, pero me mamó la pinga como la mejor de las putas, se la metía completa en la boca, hasta quedarse casi sin respirar y me chupaba los wevos mientras se iba despojando de toda su ropa, tenia unas nalgas blancas y hermosas que le mordí como loco, Suave, me dijo, que soy casado y mi mujer no sabe, eso me gustó más, como un experto me puso el condón con su boca y se acomodó en el asiento para que se la metiera, disfruté aquel culo caliente y apretado por un buen rato, me costaba venirme, debió ser el alcohol, creo. Me pedía que me viniera, que se la sacara y le echara la leche en la boca, que ya no aguantaba más, eso me puso muy caliente y así lo hice, me vine en su boca, mientras su bigote me rozaba los wevos...
Al terminar me dejó cerca de mi casa y me pidió que fuéramos amantes, le di mi teléfono y nos vimos muchas veces, cada día hablaba más de su mujer, me mostraba fotos, un día apareció con ella para invitarme a salir...
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Hoy quiero un encuentro furtivo
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Posted:Jun 18, 2012 6:15 pm
Last Updated:Jul 18, 2012 12:41 am
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Desde que me desperté esta mañana he estado deseando que me mamen la verga, aunque no hubiera sido difícil encontrar un voluntario o voluntaria, ha sido un día muy ocupado, parece que me quedo con las ganas de venirme en los labios de alguien y sentir el calor de una boca alrededor de mi pinga, espero que sea para la próxima...
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Mi primera vez.
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Posted:Jun 13, 2012 5:05 pm
Last Updated:Jun 3, 2015 10:04 pm
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Acababa de cumplir 14 años, así que mis hormonas estaban bien alteradas y creía que todo tenía un matiz sexual, aunque reconozco que en eso no he cambiado mucho. Desde unos meses atrás andaba de novio con una chiquilla del pueblo, una mulatica clara de trece años, bien formada para su edad, con cuerpo de gacela, cabello ensortijado y mirada de animal salvaje; ella vivía en el pequeño pueblo donde trabajaba mi padre y nos conocíamos desde niños, siempre nos besamos a escondidas y jugamos a ser novios, pero ahora ya era otra cosa, en nuestras pueriles mentes yo era un hombre y ella una mujer.
Eran vacaciones de verano, hacía un calor de mil demonios y en esa semana yo acompañaba a mi padre cada día para verla, primero solo nos besábamos con avidez, pero ya habíamos comenzado a tocarnos, a rozar nuestros cuerpos y el día antes había logrado que me masturbara, eso si, casi sin mirarme la pinga, fue mi primera experiencia sexual, al menos con alguien de mi especie ( prefiero omitir las pajas, mis contadas incursiones zoofílicas, y algún que otro revolcón infantil). Ese día sabía que podía llegar más lejos, ella también quería, lo notaba en la forma en que frotaba su cuerpo contra el mio. Cuando llegué ya me estaba esperando, sentada en el portal de la vieja tienda del pueblo con sus dos inseparables amigos que nos servían de cómplices, una muchachita de su edad que se veía bien niña y otro chiquillo más pequeño, pero maldito y vivaracho como solo pueden ser los niños que crecen en los campos de Cuba, ahora entiendo que para ellos lo nuestro era también su propia hazaña, su primera participación, furtiva y excitante, en el sexo de los adultos.
Nos metimos al refugio de la escuelita, de esos que se hicieron en Cuba para prevenir un ataque de los Estados Unidos, y que en realidad han servido para incontables y apremiantes encuentros sexuales, todo estaba previsto, comenzamos asustándonos los unos a los otros en medio de la oscuridad y pronto los otros dos salieron escurridizos y nos cerraron por fuera, a manera de broma, dijeron luego, pero el hecho es que nos quedamos solos, encerrados en aquel lugar oscuro y húmedo. Ella estaba asustada, es un juego, le dije, mientras acariciaba su cuello , bajado lentamente hasta sus tetitas, nos besamos y una vez más nuestros cuerpos se rozaron, ávidos de sexo, yo me había quitado la camisa por el calor y le sugerí que hiciera lo mismo con su blusa, no dijo nada, pero me permitió que se la quitara, aunque rápidamente se cubrió los pequeños pechos con sus manos. Yo ya tenía la pinga afuera cuando logré besarle los pezones, ella temblaba de miedo y placer, pude sacarle el short, después de una pequeña resistencia, se lo quité y lo arrojé al otro extremo, junto a su blusa. Entonces ya nos podíamos ver, acostumbrados a las penumbras, yo la miraba fijamente y ella no levantaba la
vista del suelo, poco a poco le fui bajando el pequeño calzón que le cubría el sexo, sintiendo su humedad con mis temblorosas manos, ella no hizo resistencia, era el suyo un sexo cerrado, virgen, pero palpitante y deseoso de dejar de serlo. Exploré con mis manos, intenté introducir un dedo suavemente, pero su himen intacto se resitía, No, eso no, me dijo, que me matan en la casa; Nadie tiene que saber, le dije, además solo quiero venirme entre tus piernas, ella respiró aliviada y se volvió a entregar al placer, puse mi pinga entre sus piernas y ella se estremeció, nuestros sexos se. buscaban. Recordé que un amigo mayor me dijo que si quería volver loca a una chica, tenía que mamarle el bollo, bajé besando su vientre y me enredé en su púvis, le besé el sexo suavemente, ahora se que aquello no fue una buena mamada, pero fue mi primer intento. Volví a poner mi pinga entre sus muslos, y casi sin poder evitarlo me vine con le roce de su sexo húmedo y caliente, ella, lejos de asustarse, se soltó, supongo que pensó que ya había pasado el peligro, y por primera vez agarró mi verga sin tener que pedírselo, la frotaba contar su sexo con tal pasión que en un momento estaba dentro, solo suspiró profundamente y se quedó tranquila, como esperando que yo diera el siguiente paso. Aunque me había venido mi pinga estaba dura y mis deseos más fuertes que antes, poco a poco se la fui metiendo más profundamente, mientras ella solo gemía y se mordía los labios, sin dejar de moverse sensualmente, como una experta, hazlo suave, me dijo y se abandonó al placer, sentir su interior latiendo al rededor de mi verga me volvió loco y le hice un sexo brusco y egoísta, del que ella no se quejó, y hasta creo que disfrutó, cuando me vine por segunda vez su cuerpo era todo temblores y espasmos, no quería yo salir de dentro de ella y ella no hizo por apartarme, nos abrazamos fuerte, por primera vez con ternura y nos quedamos así un rato, con algún movimiento sensual de vez en vez.
Sus amigos tocaron a la puerta, antes de abrir, esperen, les dije yo, ya salimos, y nos vestimos corriendo, sin limpiarnos, ella corrió a su casa, pues su madre la buscaba desde hacía un buen rato, y yo a la parada del maltrecho autobús( una guagua Girón, de producción nacional)para regresarse a casa con mi padre.
Entré directo al baño, traigo calor, dije sin saludar, previendo que todos no sintieran el olor a sexo que me rodeaba, al desvestirme vi unos hilos de sangre seca por mis muslos y no pude evitar masturbarme recordando cada detalle...
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Bautismo de fuego en México, (2) la cogida
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Posted:Jun 6, 2012 6:03 pm
Last Updated:Jun 3, 2015 10:05 pm
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[B]Pasaron 15 minutos y el chico no paraba de mirar desde su silla, por sus ademanes y las expresiones en los rostros de sus acompañantes me di cuenta que el cabrón les estaba contando lo que pasó, ellas querían disimular al mirarme, al principio me molestó un poco, pero pronto le encontré lo divertido y hasta desee haberlo hecho ante sus ojos. El chico me miraba con insistencia y miraba su reloj como para recordar el acuerdo, su acuerdo, porque yo no dije ni una palabra, sus dos amigas me miraban ya descaradamente, como yo a los tres, desde nuestros lugares nos saludamos y brindamos con algunos tragos, una de ellas se acercó a hacerme una pregunta vana y de paso indagó sobre mi procedencia, ¿Cubano?, que bien. me dijo y corrió a contarle a su amiguete. Según parece eso aumentó el interés ( de los tres) porque entonces me llamaron a su mesa y me invitaron a una chela (cerveza), yo acepte y luego de un rato de conversación de rutina y preguntas sobre Cuba y demás, me estaban invitando a irme con ellos, creo que al chico no le gustó mucho la idea, pero igual lo disimuló como pudo. Eran dos mujeres de unos 30 a 35 años, de buen ver y con solo mirarnos ya eramos cómplices.
Era un departamento pequeño, según pude ver al entrar, pero muy acogedor, nos sentamos en un diván de la salita y la anfitriona nos pregunto que tomaríamos, Tequila, stray, dije yo, ella no me entendió bien y entonces le dije: sin hielo, ni refresco, solo tequila, Un caballito, me dijo ella, Eso, eso, eso, le dije imitando al chavo del ocho y queriendo parecer simpático.
Si eres cubano debes saber bailar muy bien ,me dijo la otra, No para nada, le dije, no todos los cubanos bailamos, bailo algo pero no mucho. Al momento estábamos bailando los cuatro, cambiando de pareja indistintamente, más bien turnándose el baile conmigo (que para nada soy buen bailador)los ritmos fueron variando y en media hora ya bailábamos pegados el chico, una de las damas y yo, la otra miraba sentada, prestando mucha atención a cada movimiento. Al primer beso que nos dimos los tres ya tenía la verga bien dura y se notaba sobre el pantalón, el chico me la acariciaba, su amiga me besaba, mientras yo le acariciaba los senos por dentro de la blusa, la otra se tocaba, primero discretamente, luego sin disimular.
Cuando el chico me sacó la verga y al metió en su boca, la amiga lo siguió y me la chuparon los dos a la vez, con un gesto invité a la que permanecía sentada a que se uniera al festín, pero solo se masturbaba, Estoy bien así me dijo, pero cógelos a los dos, quiero verlo...
le metí la pinga a aquella mujer, mientras el chavito me mamaba los guevos, se la sacaba y la metía en su boca, disfrutando su cara su asco por el olor a sexo femenino, Ahora métesela tu, le dije, el se negó un poco, pero cuando le mamé el culo y le pasé la verga por entre las nalgas, mientras su amiga le chupaba la verga, se la metí de una solo vez y gimió de dolor, entonces su pinga estaba dura en la boca de su amiga, ella se acomodó en el diván y yo guié con mi mano su pinga hasta que estuvo dentro, la otra se masturbaba frenéticamente, nos vinimos como locos, yo estaba satisfecho de mi bautismo de fuego en México, las mujeres sonreían , libidinosas aun, solo el chico se vistió rápido, enjugándose las lágrimas....
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otro trío cubano
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Posted:Jun 4, 2012 10:46 pm
Last Updated:Jun 16, 2012 11:20 pm
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(CUBA; 1995)Me había tomado unos tragos de más y aquel chico seguía insistiendo en tener más que una amistad conmigo, nos conocíamos desde unos meses atrás y nunca lo disimuló, a veces sentía que me acosaba, aparecía en todas partes, igual nunca pensé en estar con él, no se, tenía algo físico que no me gustaba, el color de piel o quien sabe, pero esa noche necesitaba sexo y él estaba allí,y pensé que no perdía nada con darle una buena cogida y entré en su juego.
Nos besamos en el paso peatonal elevado, y me tocó la pinga sobre el pantalón, me la saqué y me gustó mucho como la miraba, los ojos le brillaron de deseo.
Bajamos a buscar un lugar apartado donde continuar y encontramos una casa en construcción cerca de allí, nos metimos y comenzamos el cachondeo, mientras me la mamaba de di cuenta de que alguien nos miraba, primero me asusté un poco, pero al ver que el intruso se masturbaba me puse más caliente, hacerlo frente a otros siempre me pone, solo temía que el chico lo viera y se asustara, pero igual le hacía señas con la mano al intruso para que se acercara, cuando ya estaba a unos pasos pude verlo mejor, era un mulato feo de baja estatura con una verga que me pareció desproporcionada para su tamaño, el otro dejó de mamármela y se levantó asustado cuando ya el extraño estaba a punto de tocarlo, quiso irse, le dije que no importaba, que el intruso solo quería mirar, y tal vez tocar un poco, podíamos disfrutarlo, al final aceptó y continuamos.
El intruso le acariciaba las nalgas y le pasaba la verga, el chico estaba más caliente que antes, de golpe cambiaron mis planes y poco a poco fui llevando la situación hasta donde quería.
Terminé mirándolos desde una esquina, pajeándome como loco mientras el mulato le clavaba la verga con fuerza al chico que gemía de dolor y placer...
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Bautismo de fuego en México, una mamada en el baño.
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Posted:Jun 2, 2012 11:29 am
Last Updated:Jun 3, 2015 10:06 pm
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Ese día cumplía un mes en México, cada momento era una nueva experiencia. La comida, la manera de hablar, las costumbres, todo me fascinaba; aunque lo que más me impresionó desde el principio fueron las nalgas y los labios de los mexicanos. Un mes y todavía no había disfrutado esos labios en mi pinga, o mi verga como dicen aquí, ese tenía que ser el día.
El estaba sentado con dos mujeres, era un chico muy joven y guapo, visiblemente amanerado, obvio que es gay, me dije y le clavé mi mirada de cazador. El captó mi interés rápidamente y comenzó a ser más expresivo en su conversación, sus amigas no notaron nada, al menos eso creo.
Luego de un buen rato de intercambios miradas y de sobarme la pinga cuando me miraba, mientras él recorría con su lengua sus carnosos labios, dejándolos húmedos, como en espera de recibir en su boca aquello que estaba en mis manos, no aguanté más y caminé hasta el baño.
Entré en un pequeño compartimento y dejé la portezuela entreabierta, traté de orinar, pero mi pinga comenzaba a crecer en mi mano, en eso llegó él y entró sin decir nada; ¿Quieres esto? le dije mientras le mostraba mi verga ya bien dura, solo asintió, cerró la puerta por dentro y se agachó a mamar.
Yo empujaba hasta el fondo, quería que se la tragara, que se ahogara con mi pinga, le apretaba las orejas y el cabello; Chupa cabrón, cómetela, ¿no la quieres en tu culo?, el solo levantaba la vista sin dejar chupar, de acariciarme con sus suaves manos los huevos, me vine en su garganta y lo obligué a tragar tapándole la nariz.
No intercambiamos nombres, solo escuché su voz cuando, antes de salir, me dijo: en quince minutos vuelvo para que me cojas...
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