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El regreso
 
Otra novela de Conrad, la anterior era "Línea de Sombra", pero, ¿quién se acuerda de ello? Era Clarice, y ahora soy Valentina, por el personaje de Guido Crepax. Quizás alguien recuerde el tatuaje....
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SIETE PALABRAS
Posted:Apr 25, 2011 3:54 pm
Last Updated:Sep 30, 2015 4:19 pm
3654 Views


El silencio era profundo, sólo los golpes de los bastones que guiaban el paso de los cargadores, que venían por detrás, con ese cristo al que le están pasando vinagre por los labios. Sólo silencio y austeridad, ni "guapo" ni leches... y las oraciones en voz baja y grave, y las siete palabras: "padre, por qué me has abandonado". Lo que todavía no sé es como no salimos corriendo, muertos de miedo.
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EL FRASQUITO
Posted:Apr 11, 2011 12:26 pm
Last Updated:Sep 30, 2015 4:19 pm
3419 Views

Me avisaron del funeral a último momento. Cuando llegué ya casi todo había acabado. No sabía que estaba tan enfermo. Parece que no lo sabía nadie. Éramos amigos desde la infancia, en realidad éramos vecinos. Todas las chicas de la pandilla hablábamos de él, tan guapo nos parecía. Yo me lo quité rápido de la cabeza ya que me parecía imposible que me hiciera caso. Con mi nariz de pinocho, ni se me ocurría. Pasó lo de siempre, la vida nos separó a todos aunque seguíamos viéndonos o sabiendo los unos de los otros porque nuestros padres continuaban siendo vecinos. Yo me casé y tuve hijos y se me fue el complejo. Sigo casada, quiero a mi marido. El también se casó y se divorció, me parece que más de una vez. La cuestión fue que en el funeral me encontré con su hermana que se acercó muy misteriosamente y me dijo: “no sé si hago bien, pero él me lo pidió antes de morirse, me dijo que te diera esta carta y este frasco”. ¿A mí? ¿Estás segura? Lo guardé rápidamente en el bolso para que Daniel, mi marido, no lo viera. ¿qué tonta? ¿no? Si no tenía nada que ocultar. Cuando llegué a casa me faltó tiempo para encerrarme en el baño y mirar la carta. Casi me caigo al suelo, era una declaración de amor en toda la regla. ¡Toda la vida había estado enamorado de mi y yo sin saberlo! ¿Cómo se podía ser tan estúpido? Si yo me hubiese caído rendida en sus brazos. ¡Qué tontería! Y encima, en el frasco, había un poco de sus cenizas. La carta la guardé, se la iba a enseñar a Daniel, estaba bien que viera que su mujer despertaba pasiones, el frasquito lo tiré a la basura. ¿Para qué quería yo ahora esos polvos?
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LA FOTO
Posted:Apr 3, 2011 2:51 pm
Last Updated:Sep 30, 2015 4:20 pm
4052 Views


Nos abrazamos y nos miramos en el espejo.
Nos gustaban nuestros cuerpos desnudos,
en contacto.
¿Y qué tal si nos sacamos una foto?
Salió borrosa, pero me alcanza
para sentirte una vez más,
cada vez que la miro…
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CONFUSION Y HASTIO
Posted:Mar 25, 2011 4:54 pm
Last Updated:Sep 30, 2015 4:22 pm
3656 Views

Me encantó estar con él toda una tarde. Primero fuimos a ver la exposición de Chardin en el Museo del Prado, después tomamos un té, yo me compré una postal con uno de los bodegones que más me habían gustado. Los que tenían animales muertos no, porque me dio por pensar cuánto tardaría en pintarlos, si se le irían pudriendo, y la sensación de olor a podrido y zumbido de moscas pudo más que el virtuosismo de la pincelada. Nos fuimos luego al Caixa Forum, morosamente, a darnos una vuelta y ver qué ponían por ahí. Vimos una exposición de fotografías de Lagardere. Me encanta la elegancia de la clase alta en los años treinta y cuarenta. Escenas de la costa azul, juegos con el movimiento y el volar. Muy agradable de ver. Luego decidimos ir al cine. Yo quería ver Valor de ley, pero no le gustan los remakes y quiso ver otra, entonces Incendies dije, pero cuando llegamos a la ventanilla sólo quedaba la primera fila. Cambiamos entonces al Cisne Negro. Gran error, es una película malísima. Cuando por fin terminó, nos fuimos a cenar una pizza, a una tratoría muy agradable. Tenían una reproducción de la fuente La Boca, en donde decían que si metía la mano alguna persona mentirosa no la podía sacar más. Nos faltaba todavía el sexo, tal como había prometido en un mensaje (te invito a una expo, a cenar, al cine si quieres y sexo). Buen plan, había pensado yo. La pereza estaba pudiendo conmigo, pero la vencí y acepté ir a un local liberal, al mismo al que vamos siempre. Cuando llegas te golpea ese olor peculiar, mezcla de desinfectante y ambientador. Nos metimos en el cuarto oscuro y nos sobamos con desconocidos que no podíamos ver. A mi me molestaba la brusquedad de algunos, que piensan que a las mujeres nos encanta que nos metan un dedo en el coño, de golpe y hasta el fondo. Pero bueno, no estuvo del todo mal. Finalmente terminamos haciendo una sesión de sexo oral, él y yo solos en una cama, observados por todo el que pasaba por allí, algunos de los cuales se quedaba un rato mirando. Nos corrimos, y yo ya quería irme, pero él proponía dar algunas vueltas más. Finalmente nos dieron las cuatro de la mañana. Ese día habíamos estado doce horas juntos. Un auténtico record. Nos despedimos con afecto, hasta la siguiente, cuando nos cuadre, que siempre es complicado lograrlo. Cogí un taxi, y en él le mandé un mensaje: “dime algo bonito”; “que es un placer estar contigo y disfrutarte, que eres una joyita”, me contestó.
El día siguiente amaneció con un sol radiante que ya no me dejó dormir. A cierta hora, un rayo de sol se cuela por la persiana y me da en toda la cara. Me levanté melancólica y un poco zombie. Me compré el periódico y me tomé un té con tostadas. Llamé a una amiga para quedar para tomar el aperitivo. Me pasó a buscar en coche y buscamos una terraza al sol. Era demasiado sol pero era gustoso. Volví a casa y pensé ir a ver Valor de ley, ya que me había quedado con las ganas, pero no sé cómo ni con qué se me pasó el resto del domingo. Ahora tocaba empezar la semana de trabajo, hasta que volviera el fin de semana y volviera a ver, ahora ya no a Jesús, sino a otro, o a otra, y nuevamente, cine o exposición, cena o picar, etc., etc., creo que estoy empezando a sentir hastío. Habrá que ir pensando en dar una vuelta de tuerca, o mejor dicho ¿un golpe de timón? Estoy confusa…
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EL HOMEÓPATA Y LA POLIÉDRICA
Posted:Mar 16, 2011 3:43 pm
Last Updated:Sep 30, 2015 4:23 pm
3348 Views

El homeópata me hacía preguntas muy extrañas. Por ejemplo, quiso saber si yo me considero una persona miedosa. Y ahí me di cuenta que no sé si lo soy o no, así que tuve que preguntarle, ¿miedosa en qué sentido? Si se trata de miedo a que me roben, a fantasmas, a matar una cucaracha, a quedarme encerrada en un ascensor, a la oscuridad, no soy nada, pero nada miedosa, pero si es miedo a no poder reprimirme y tirarme por un balcón al vacío y arrepentirme cuando ya voy cayendo y es inexorable, tengo un miedo infinito. Si es miedo a caerme adentro de un coche en un lago, y no poder salir del mismo, y no poder abrir las puertas, el pánico me produce casi desmayo ¿Cómo me definiría usted, doctor? Me miró un rato por encima de sus gafas de leer y me dijo que no era miedosa. A continuación me preguntó si era calurosa o friolera. Tampoco pude responderle, es que no es tan fácil. Si estoy moviéndome tengo mucho calor, pero si me quedo quieta en un sitio me quedo fría, fría, y es incómodo. Si me pongo nerviosa pensando que no cumplo los plazos de algún trabajo, me da un arrebato que me hace sudar, me sube un calor todo por dentro, terrible. Pero basta que me tome una coca cola fría para que me hiele. Me volvió a mirar, me pareció que con cierta impaciencia. ¿Qué le molesta más, el frío o el calor? La verdad que lo que me salía decirle era depende, pero me dio miedo y le dije que el frío. A continuación se le ocurrió preguntarme si soy romántica. Claro que soy romántica, pero con un romanticismo un poco raro, porque es en “sí mismo”, aunque no haya objeto, es el romanticismo por el romanticismo. Por ejemplo, me gusta escuchar canciones de mal de amores (la mejor sin duda, Chavela Vargas), de abandonos y penas, y llorar y llorar amargamente, aunque a mi no me esté pasando nada de eso. Me siento identificada y sufro como la que más, y me encanta ese sufrimiento. Romántica, entonces, casi me gritó, no es necesario que me haga tantas consideraciones, si puede ir al grano es lo mejor. Yo asentía con mi mejor cara de niña aplicada y entonces el tío va, y me pregunta si disfruto más con las cosas sencillas o necesito experiencias sofisticadas para el disfrute. Qué se yo, ahí grité yo, depende de las circunstancias, me puedo emocionar por comer un bocata de calamares en la Plaza Mayor pero no me olvido de aquella habitación en el Alhambra Palace con fuente incluida y vistas al Albaicín. Es que yo puedo ir a bailar salsa después de salir de escuchar a Wagner en la ópera; disfrutar con hoteles caros o compartiendo un saco de dormir haciendo vivac en la montaña; me pueden gustar las noches canallas de Madrid tanto como respirar el aire limpio de la montaña, aunque duela respirarlo por lo frío y por lo cristalino; me pueden encantar los días de lluvia, grises y desapacibles tanto como torrarme al sol en el mediterráneo, dejando la mayor cantidad de centímetros de piel al aire asfixiante que viene de África; no soy capaz de elegir entre el agua fría del Atlántico en Cádiz o las calientes y turquesas del Mediterráneo en Menorca. ¿Por qué todo tiene que ser blanco o negro? No sé definirme, soy cambiante, soy poliédrica, el ambiente me influye, las personas que me rodean, la situación, el olor, los colores… ¿cómo voy a poder decir cómo soy, así de fácil? Y ahí fue que me dijo que mejor lo dejáramos, que no creía que la homeopatía pudiera hacer nada por mi. Nos despedimos amablemente. Creo que voy a probar con la medicina Ayurvédica, que me dijeron que es la apropiada para la gente cambiante, contradictoria y un poco loca, tal como yo.
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ME DICE...
Posted:Mar 10, 2011 10:02 am
Last Updated:Sep 30, 2015 4:24 pm
4131 Views

Me dice que trabaja mucho y que por eso no contesta a mis mails ni me llama. Me pide que le tenga paciencia. Dice que tiene miedo de ser un workalcoholic, un adicto al trabajo. Me dice que también tiene miedo de que un día le de un infarto por el estrés que tiene a diario, que no sabe cómo parar. Que esto no va a ser siempre así, que es una etapa pero que seguramente pasará. Me dice que piensa mucho en mi pero que no puede plantearse tomar un café porque sabe que no va a ser un ratito sino varias horas las que pase conmigo, que no quiere leer mis mails porque sabe que si responde no va a ser para escribir un par de líneas, sino para enrollarse como hace siempre y ya sabe que eso le llevaría una hora como mínimo y no puede permitírselo. Me dice, me dice, me dice, y, la verdad, ya no sé si seguir creyéndole….

Me había dicho... que el sábado pasado íbamos a salir. Me había llamado el miércoles anterior. Me dijo que había, por fin, terminado el trabajo que tenía entre manos y que este fin de semana iba a estar libre. Me dijo que eligiera yo el plan, le dije que bueno, pero que también él mirara posibilidades. Me molesta esa responsabilidad. Lo que más quiero en este mundo es que elijan por mi, que me propongan, estoy cansada de ser siempre yo la que organiza. Cortamos de manera algo rara. No sé, tuve la sensación de que quizás no me llamaba. Y ocurrió. Pasó todo el sábado y no hubo noticias y me quedé sola en mi casa, odiándolo y odiándome, aunque, por suerte, no perdí el tiempo mirando qué había de interesante esa noche en Madrid... clarividencia…

El lunes me escribió un mail diciéndome... que lo que le había pasado el sábado fue que perdió el móvil (el asunto del mail era "Pequeña catástrofe"). Se volvió loco, me dijo, buscándolo, lo peor, además de no poder comunicarse conmigo, era que allí tenía los teléfonos de todos sus clientes y que no había hecho copia de seguridad. Se le ocurrió pensar, siguió diciendo, que yo lo iba a llamar al teléfono fijo, que me lo había dado en algún mail que habíamos intercambiado hace tiempo, pero que después pensó, "qué tontería, si no va a tener idea que yo he perdido el móvil", pero que eso lo pensó el domingo y que entonces, como ya faltaba poco para el lunes, mejor esperaba, porque seguro que el móvil estaba en la oficina, pero que, ¡horror! tampoco allí lo tenía y que por eso me estaba escribiendo, a ver si le volvía a dar mi móvil para que me pudiera llamar y explicarme..... ¿Por qué no me escribió el mail el sábado? pensé yo, mientras le enviaba mi número. Me llamó al día siguiente, y se lo pregunté, claro, y me dijo que tenía razón, que era un estúpido pero que el sábado no se le ocurrió y que encima le empezó a doler el hombro y que se había hecho una resonancia y le había dado un montón de dolencias, que si dos tendinitis, derrame del líquido sinovial, erosión del hueso y que entonces no podía ir a nadar, que era lo que más le gustaba en este mundo y que no podía soportar ese síntoma de vejez y que si seguía así se iba a quitar del medio, y que se dio cuenta, me dijo, que todo era por esa obsesión por el trabajo y que debía parar y que por eso había decidido que lo mejor que podía hacer era irse a Euskadi el puente, cerca de amigos, a una casa rural por Pasajes de San Juan, a ver si caminando por el monte se le pasaban tantos malos rollos, que la vida que estaba llevando últimamente no podía ser... Me dijo que me llamaría en cuanto volviera, probablemente la próxima semana... Que disfrutes estos días, le dije, y cortamos. Por cierto, no me preguntó qué iba a hacer yo este puente.
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SE QUE ME LEES
Posted:Mar 4, 2011 12:41 pm
Last Updated:Sep 30, 2015 4:24 pm
3785 Views

Sé que me lees. Que entras de puntillas en el blog y repasas todo lo de nuevo que hay en él. Sé que esperas que te de pistas, que muestre mis sentimientos por aquí. Puedes estar detrás de los cientos de nicks que me visitan, quizás algún nombre de mujer, quizás. Pero sé que me lees y que esperas un indicio. Probablemente quieres que cuente si me gusta sentir mi clítoris crecerse en tu boca, o si quiero que me beses a la vez que alguna de las mujeres que en ocasiones te acompañan, tu lengua mezclada con la de ellas, la suavidad y calidez femenina mezclada con la rudeza del macho. No sabes si me gusta, y quieres que lo diga por aquí, pero yo no digo nada. Hablo de otras historias, y sé que me lees porque a veces, como al descuido, preguntas algo que tienes que haber leído aquí. Y sé que quieres saber si todo lo que escribo es real, y yo no digo nada, quizás sean sólo cuentos, quien sabe, y quizás tampoco tú seas real, o no estés muy seguro de serlo y por eso quieres que yo escriba sobre ti, así podrías constatar que existes….
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LA BUENA EDUCACIÓN
Posted:Feb 27, 2011 11:42 am
Last Updated:Sep 30, 2015 4:25 pm
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Soy tan amable que nunca verás en mi un gesto de rechazo.
Tan amable que, aunque me aburras, mi boca no dibujará un bostezo,
ni tampoco dejaré que mi cara trasluzca que no eras lo que yo esperaba.
Tengo tan buena educación que no hablaré de temas que te dejen en evidencia,
ni tampoco señalaré tus carencias.
Soy tan condescendiente que procuro reírte las gracias y poner cara de asombro cuando el guión lo exige.
Soy tan correcta que sigo y sigo hablando como si no me diera cuenta de lo que está pasando, y hago caso omiso de tu evidente incomodidad.
Soy tan legal que hago cosas que no tendría ganas de hacer pero que me había comprometido a hacerlas. Aunque haya sido sólo un compromiso interior.
Soy tan positiva que decido que aquello no se va a torcer por mi culpa.
Y soy tan jodidamente gilipollas que, a pesar de todo, siento pena.
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BARCELONA, CIUDAD
Posted:Feb 21, 2011 2:26 pm
Last Updated:Sep 30, 2015 4:26 pm
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Barcelona era una fiesta continua. Jordi me llevó por las Ramblas. Me llamaron la atención las putas que allí había. ¡Eran impresionantes! Había una con una camiseta de red, que tenía solo eso puesto, los pechos casi al aire, pero contenidos con la malla. Cuando vio que la miraba, comenzó a agitar los hombros produciendo los movimientos correspondientes en su anatomía. “Que es un travesti, boba” se rió Jordi cuando me vio así, hipnotizada, sin poder quitarle la vista de encima. Pero bueno, ¿cómo es que tienen esas tetas? rumiaba yo, mientras seguía a mi amor, que se movía con un pez en el agua por aquél zoológico humano. Me presentó a una pareja de gays argentinos, artesanos. “Sí, piba, nos mandamos para acá porque ayá éramos unos maricones de mierda, viste?” “Esto sí que es vida” se reían mientras se hacían carantoñas, juguetones. También me presentó a un tío delgado y serio que parece ser que era metereólogo. “De los que predicen el tiempo y no aciertan nunca” dije yo queriendo hacerme la graciosa, pero nadie se rió de mi chiste. Y por ahí íbamos, los maricas, el metereólogo, Jordi y yo, tomando algo en las mil terrazas de las Ramblas, poniendo en la mesa una torre de moneditas para pagar el “peaje” como decía él, repartiéndolas a todos los que pedían de mesa en mesa.
Íbamos a la plaza Real a escuchar Jazz en el Karma, a comer en un italiano y a beber Chianti. Como no lo terminábamos, nos lo llevábamos con nosotros y lo único que conseguíamos era tener detrás a todos los borrachines de la plaza, hasta que le regalábamos la botella.
Con Jordi y sus amigos me fumé los primeros porros de mi vida. Como esa noche, después de oir un concierto en Zeleste, en el Borne.
Qué bueno estar allí y estar enamorada. La ciudad me atrapó tanto que siempre que vuelvo, Barcelona me parece la misma fiesta, me emborracha, aunque Jordi se perdió para siempre un día, el día que me dijo que ya no me amaba. Qué cosas, él me dejó tirada, pero no su ciudad.
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EN LA SELVA PERUANA
Posted:Feb 15, 2011 11:40 am
Last Updated:Sep 30, 2015 4:26 pm
3223 Views

Está empezando el mijano, época en la que es posible pescar en los ríos porque es cuando desovan los peces y se los puede atrapar. Me lo contó Pedro, el hermano de Marita. Acabo de llegar a este rincón perdido de la selva peruana remontando el río Cenepa en lo que aquí llaman el peque-peque, por el ruido del motor… peque peque peque… Menos mal que Marita me ha adoptado y me da consejos. Debe estar harta de los europeos despistados que venimos por aquí. Yo estoy tratando de enterarme de algo, es todo nuevo y todo complicadísimo. Los aguarunas tienen muchas comunidades y las mayores necesidades del mundo. A mí me liaron para traer medicinas y enseñarles cómo defenderse de la contaminación del hombre blanco. Mis someros conocimientos médicos van a servir para algo, por fin. Iremos de comunidad en comunidad, y de paso Pedro, con otro de una ONG de los jesuitas, les van a enseñar a construir un horno comunitario.

Encontramos a dos españoles que están haciendo su tesis en cooperación, esos no tuvieron a su “marita” que los asesorara y allí estaban, llenos de picaduras, yéndose por la pata abajo y uno creo que hasta con fiebre. Yo estoy ahora dentro de mi tienda de campaña que está a su vez dentro de la choza que me han adjudicado. Ha sido un buen consejo ya que logro estar aislada de los bichos y animalejos que entran y salen como pericos por su casa, porque aquí no hay puertas ni ventanas, ni falta que hace con el tremendo bochorno que acompaña a las grandes lluvias. Estoy escribiendo y leyendo con mi pequeña linterna, siempre igual, la misma lectora compulsiva que devora todo lo que la rodea. Los Cantos de Maldoror del conde de Lautremont me entretienen. Menudas cosas lees tú, me decía Paco en la lejana Valencia cuando quería leerle algún párrafo. Me relaja, me ocupa la cabeza.
También me distrae, es tan, o mejor dicho, más surrealista que los Cantos de Maldoror. Señora, hermana, profesora, doctora, de todo me han llamado. Me recibió el Apu (jefe) de la Comunidad. Convocó a una asamblea para que me presente. un disparate. Yo les dije que llevo en la zona unos días, que después sigo a otro sitio, que todavía tengo que situarme, que gracias por su hospitalidad y que espero volver algún día. Bueno, pues el Apu se pasó media hora traduciendo y sé de buena fuente que se inventa una novela. Siempre es igual. Les encantan las asambleas y por la mínima cosa organizan una. Hablan y hablan y hablan, y discuten elevando la voz. Me gustaría entender lo que dicen. Tienen un lugar especial para ello al que llaman, precisamente, la casa de la palabra.

Ahora están cocinando, huele rico, es un guiso con arroz, pollo, azafrán y más cosas, y sigue diluviando. Curiosamente el calor aumenta, me empeño en leer y leer y no quiero dejar que mi cabeza vuelva a Valencia, al barrio del Carmen, y a Paco, con la mirada huidiza diciéndome, te vas a enfadar Valentina, pero no puedo más, no quiero seguir, no entiendo tu estilo de vida, vuelvo con ella, lo siento, me ayudaste mucho y quizás confundí esa ayuda con amor, lo siento Valentina, te quiero Valentina, pero no sé qué me pasa con ella, hicimos planes, tendremos un hijo, me lo prometió y esta vez estoy seguro que no me fallará. No me mires así, Valentina, tampoco llevábamos tanto tiempo juntos….
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TENEMOS QUE HABLAR
Posted:Feb 7, 2011 2:36 pm
Last Updated:Sep 30, 2015 4:27 pm
3292 Views

Tenemos que hablar, dijo,
y yo sólo miré la luna llena,
que se reflejaba en el charco de la calle,
quería que se callara,
pero tenía que decirlo,
sabía que, de lo contrario,
lo iba a decir yo,
y tenía que ser el primero,
para poder contarlo luego por ahi,
y yo lo sabía y no me importaba,
sólo sentía una enorme desolación,
que me vaciaba el pecho,
y ahora, tantos años después,
digo yo,
tenemos que hablar,
y nada más decirlo,
me doy cuenta que no hay palabras,
y aunque tengo encima tu mirada interrogante,
sólo puedo perderme en el horizonte,
y recordar esa noche de luna llena
cuando él me dejó,
antes que yo lo dejara,
así podía decir,
que había sido él y no yo,
pero ahora, cuando digo,
tenemos que hablar,
veo que no intuyes nada,
y no sé cómo seguir,
qué fácil era todo a los quince años...
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¿QUÉ BUSCAS, VALENTINA?
Posted:Jan 31, 2011 2:02 pm
Last Updated:Sep 30, 2015 4:28 pm
3665 Views
¿Qué busco? A ver... ¿cómo te diría? Busco una relación cómplice, más allá de las palabras, poder estar rodeados de gente pero estar solos, entendernos con un simple gesto, saber que estamos compenetrados, incluso aunque uno esté en un extremo del mundo y el otro en el otro extremo...
¿Que eso es imposible? Probablemente. Entonces quizás, busco una relación pasional, que estemos todo el día pensando en cuándo nos vamos a ver, deseándonos con locura, y que nada más vernos, nos lancemos el uno a los brazos del otro, mordiéndonos y arrancándonos la ropa.
¿Qué soy una exagerada? Sí, es posible. Mejor busco una relación amistosa, en la que nos tengamos simpatía, que seamos condescendientes con los defectos del otro, y te digo más, incluso que nos hagan gracia esos defectos, que seamos complacientes y tratemos, antes que nada, de hacernos la vida agradable.
¿Qué te parece que vi muchas películas de Hollywood? Quizás por eso sigo todavía esperando a ese hombre que me diga: "Miénteme, dime que amas", para derretirme y caer irremediablemente en sus brazos.
¿Qué simplemente soy una chalada? Chico,qué novedad....
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UNA NOCHE, EN UN BAR....
Posted:Jan 28, 2011 2:06 pm
Last Updated:Sep 30, 2015 4:29 pm
3337 Views


Ella: Qué noche más fría.

Camarero: Un algo caliente ¿entonces?

Ella: La frialdad del corazón no tiene arreglo.

Su pareja: A vueltas y vueltas con lo mismo, ¿eh? Con menudo muermo me he juntado.

Señor solitario: También puede ser un gin tonic, bueno para el cuerpo y para el alma…

Ella: (gran sonrisa coqueta) Pues sí, un gin tonic para mí, el señor tiene razón…

Su pareja: ¿De dónde sale este pajarito?

Señor solitario: ¿Acaso lo he llamado yo pajarón, a pesar de las pintas que tiene?

Ella: (risa exagerada) ¡Pajarón! Pero si es exactamente cómo lo llamaría yo!

Su pareja: Valentina, no pienso aguantarte más, me voy… Valentina, que me voy….

(Va hacia la puerta, vacila un poco, la mira y cuando ve que ella no le hace caso, con un gesto de desesperanza o de fastidio… se marcha)

Ella: Se levanta con la copa y camina, sugerente hasta el señor solitario, se sienta a su lado y mientras coge el cigarrillo que él le ofrece: Bueno, parece que ya no hay moros en la costa, ¿cómo dijiste que te llamabas?

Señor solitario: Tony. Valentina. Me encanta tu nombre…..

(El camarero se concentra en limpiar una copa con un gran paño blanco)
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