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El regreso
 
Otra novela de Conrad, la anterior era "Línea de Sombra", pero, ¿quién se acuerda de ello? Era Clarice, y ahora soy Valentina, por el personaje de Guido Crepax. Quizás alguien recuerde el tatuaje....
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DESPUES DEL NUMERITO...
Posted:Jan 19, 2011 1:53 pm
Last Updated:Sep 30, 2015 4:30 pm
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Carmen, no llores, que se te hacen chorretones con el rimmel. ¿Qué es lo que te pasa?. Ya te lo había advertido, no me gustan las mujeres, te lo digo así de claro, una cosa es en el morbo, ahí sí, puedo tocar una teta, morder un pezón, y, hasta si me apuras, comer un coño, pero sólo en esa situación. Y tendrás que reconocer que aun así soy poco activa con las tías.
No me atraen sus cuerpos; ya sé que tienes unas tetas preciosas, duras y turgentes, pero a mi me producen el mismo efecto que si tocara un globo, no me dicen nada, y los pezones así tan pequeñitos como los que tienes tú, menos que menos. Es más, quizás las prefiero no tan duras… Bueno, en realidad, no las prefiero de ninguna manera, no me atraen las tetas, ni las bocas pequeñas de las mujeres, con esas lengüitas afiladas, me gusta la boca más grande de un tío y una lengua gorda que me llene la boca. Y el coño no lo entiendo, a veces, para corresponder, me como alguno y la verdad que no sé por dónde pasar la lengua, parece mentira ¿no? hay quienes piensan que una mujer lo hará mejor porque lo conoce más, pero no, soy una analfabeta absoluta, y eso que pertenezco a la generación que nos ponemos un espejo para conocernos de forma completa, somos las reivindicativas del coño, ¿que las mujeres no tenemos sexo?! no te jode…Quizás me pasé un poco contigo el último día, quiero decir que probablemente me dediqué mucho a ti y te confundí. Mea culpa. Ya sabes que no bebo casi nada y ese día me había pasado con el albariño. Sí, dos vasos ya me ponen pedo; y además me gustaba tocarte, ese día me apetecía, mira por donde, y además me hacía sentir poderosa esa complicidad entre tú y yo, y los otros mirando, intentando entrar por algún intersticio y romper ese encanto que nos unía, a ti y a mi. Sí, me pasé y te confundí, pero ahora ya lo sabes, podrás estar conmigo, podremos hacer mil cosas tú y yo, te dejaré que me hagas lo que quieras, pero nunca a solas…
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INVERNAL
Posted:Jan 17, 2011 1:36 pm
Last Updated:Sep 30, 2015 4:31 pm
3083 Views
Creía que iba a levantar, pero lleva días y días.
Quizás el mundo quede así, pienso con espanto.
Y a cada rato me asomo a la puerta, a ver si vienes ya, que te estás retrasando y me está dando miedo.
Con esta niebla, quizás no encuentres el camino de casa.
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DE BORDES, LIMITES Y LIMITACIONES...
Posted:Jan 12, 2011 12:26 pm
Last Updated:Sep 30, 2015 4:32 pm
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El día es frío y gris, pero me gusta caminar saltando de baldosa en baldosa, a pesar de que las cambiaron por unas grandes y cuadradas, que me obligan a hacer un gran esfuerzo para caer en el medio, sin pisar los bordes. Si los piso, se acabará el hechizo ¿Por qué las habrán elegido así de enormes? Tengo que reconocer, sin embargo, que quedan muy bonitas, un poco rústicas, sin brillo, y ocupando una gran superficie ganada a la calle ¡La ciudad para el peatón! Así me gusta. Hoy me siento potente. Siempre me digo “puedes con todo” por las mañanas, cuando me despierto y me parece imposible enfrentarme al mundo; “tú puedes, venga” para saltar de la cama y abandonar la protección y tibieza del edredón, cuando el vacío, el sin sentido, la nadería de la realidad se me hace patente y tomo conciencia de que el futuro sólo puede ser peor. A ver quién es el valiente que puede enfrentar todo eso de golpe y porrazo. Me gustaría ser más inconsciente, vivir en medio de una nube. Creerme la más lista, la más guapa, la más amada y que si las cosas salen mal, siempre es por culpas ajenas. Ese “tú puedes”, que me repito después que suena el despertador, es más bien una impostura para equilibrar el estado de ánimo. Me lo digo a ver si me lo creo. Pero hoy no, hoy lo siento de verdad. Mientras voy enérgica por la calle Fuencarral mi cabeza no para de funcionar, sé por qué me siento así, simplemente porque ayer fui reconocida, fui alguien en una reunión, me sentí parte de algo, dejaron de ningunearme. Caray, al pensarlo me desanimo un poco, menudas tonterías hacen que me sienta poderosa, pero no, no quiero que ese runrún típico de mi cabeza me estropee la fabulosa sensación de que hoy, precisamente hoy, puedo conseguir lo que me proponga ¿Por qué tengo que ser así de realista? La gente se hace las películas que quiere y se las cree, yo soy excesivamente consciente de mis limitaciones. No voy a dejar que la desazón me entre por el pie izquierdo y se aloje en medio de la tripa. Seguro que me vuelven a llamar, estuve brillante en la reunión. También puede ser que me sienta así porque ayer me telefoneó Paco y me dijo que me echaba de menos y que si tomábamos un café hoy mismo. Ya está, siempre la misma idiota, otra vez voy a caer en sus redes, si ya sé lo que ocurre después, empieza a poner distancia y a no llamarme y a desaparecer y yo a desesperarme una vez más. Si sigo tan negativa no habrá adrenalina que lo resista. Tengo que respirar hondo y paladear la sensación, estoy viva y eso es mucho, la vida es divertida y eso es fabuloso, hoy no quiero condolerme, no, no, me resisto a ello. Creo que lo consigo. Adelante, adelante, será un día estupendo, conoceré a personas que me resultarán interesantísimas, me dirán cosas bonitas y sentiré el afecto de los amigos, me hablarán de un nuevo trabajo apasionante y comenzaré la dieta que hace tanto que debía comenzar. Seguro que pierdo peso rápidamente y me pongo más guapa y ágil y conoceré a un buen hombre que me elegirá entre miles y que se enamorará de mi y que querrá enredar su vida con la mía, alguien que me planteará un proyecto maravilloso que reverdecerá mi vida gris; hoy puede ocurrir todo eso y más y no me importa que haya comenzado a llover y que me haya olvidado el paraguas, ni que tengo menos de un euro en el bolsillo para tomar un café o tomar un taxi, y que sigo tan sola y tan desolada como siempre, y que cómo voy a estar guapa si no tengo para comprarme ropa bonita, después de todo lo que he trabajado toda la vida, si empecé con quince años y ¡ya está bien!... Caray, creo que ya no me va quedando fuelle y ya no salto las baldosas ¿para qué?
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HASTA AHÍ PODÍAMOS LLEGAR
Posted:Jan 9, 2011 2:46 pm
Last Updated:Sep 30, 2015 4:32 pm
3596 Views

Todo fue mal. Me había entusiasmado la forma en que me había dicho que se ocupabas de todo, que me llevaba a cenar, que elegía el sitio, que me recogía, que yo solo tenía que preocuparme por estar lista a la hora fijada. Cómo me gusta que tomen alguna vez decisiones por mi, no tener que pensar, sólo dejarme llevar. Estupendo, pensé, es mi hombre. Pero el mismo día en cuestión comenzaron a llegar los mensajes, desde por la mañana (carne o pescado? cena cena o picoteo? céntrico o no?...) Mi única respuesta era: "lo que tú quieras, me da igual". Finalmente resultó que había elegido un lugar de picoteo, pero estaba lleno. Y allí comenzó nuestro peregrinaje por las calles aledañas, luchando con el viento y con la lluvia, entrando a un sitio y otro, a cual más abarrotado. ¿No reservaste?, pregunté, ¡qué raro es esto!, decía, nunca me pasa. Finalmente encontramos un rincón en el que cobijarnos y pedimos croquetas, bravas y revuelto de morcillas. Una copa de vino cada uno. Menos mal que, por lo menos, ya no se fumaba en el local. Las mesas eran unas barricas tiznadas y olía a fritanga. A pesar de ese mal comienzo lo llevé a mi casa. Él, un gin tonic, yo, orujo de Colungo bien frío. Puse bossa nova y continuamos charlando (ya llevábamos varias horas de cháchara), pero no sé si el vinito con la morcilla o los orujos (ya llevaba tres como mínimo), hicieron que me sintiera repentinamente atraida hacia sus brazos. Me acogió con ternura, eso es cierto, y entonces yo bajé las luces, me subí sobre él a horcajadas y comencé a quitarle la corbata. Fue ardua la tarea de desnudarnos, y eso que a mi no me cuesta quitarme la ropa. Reparé en que llevaba mocasines (los odio) pero ya estaba yo más allá del bien y del mal. Evolucionamos por el sofá y quedé debajo suyo, con los ojos cerrados y fue allí cuando me metió la polla en la boca. Se rompió el encanto. ¡Cómo se le ocurrió semejante cosa! Había superado la horrible cena, había superado la frustración de las expectativas de una noche tratada como una reina, había hecho caso omiso del calzado y de los titubeos e improvisación, había tomado la iniciativa y se lo había puesto en bandeja. Pero aguantarme que así, de buenas a primeras me metiera la polla hasta la garganta, eso sí que no. Hasta ahí podíamos llegar. ¿A que me entiendes? ¿A que estás completamente de acuerdo conmigo?
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MI ESPECIALIDAD
Posted:Jan 2, 2011 11:45 am
Last Updated:Sep 30, 2015 4:33 pm
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El estómago es lo primero, me decía mi madre, siempre lo recuerdo cuando ando entre fogones. Cómo me gusta cocinar. Preparé tostadas con foie y reducción de módena, también un mil hojas de bacalao confitado con mermelada de tomate, y otros entrantes como una ensalada de chipirones con vinagreta de naranja y pulpo a la gallega.Como plato principal, solomillos de cerdo macerados en oporto con puré de castañas. De postre, gotzúa... Todo regado con Ribera del Duero, crianza,aunque también cayó algún Somontano. Coloqué velas en lugares estratégicos y para ambientar la preciosa voz de Carmen McRae. Me puse un vestido negro y unas gotas de un perfume exquisito que me trajeron de Tokyo. Lo demás, se puede imaginar. Sé que nunca te olvidarás de esa noche... es que soy una especialista.
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FILTROS
Posted:Nov 28, 2010 1:28 pm
Last Updated:Sep 30, 2015 4:33 pm
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En la ardua tarea de seleccionar los posibles contactos, mi experiencia en esta página y en otras me ha llevado a fijar una serie de criterios de exclusión:

Los que se definen como "normales" ¿quién lo es realmente? ¿qué está expresando una persona que cuando le preguntan cómo es se define "normal"? ¿es que hay un patrón, un promedio, un estándar? Ajjjjjj, no puedo soportarlo.

Los que se definen como "sencillos". Imposible, nadie es sencillo, tenemos un montón de vericuetos y de imposturas, solemos construir un conjunto de teorías sobre por qué hacemos lo que hacemos a cual más falsa, somos contadictorios e incongruentes, y ahí está la gracia. Además, si existiera esa posibilidad, (la de ser sencillo) saldría corriendo nada más conocerme.

Los que quieren "relaciones discretas" o simplemente, "discreción" (peor si está escrita con dos "ces"). No es que yo quiera publicar nada, ni hacer escenas por ahí, pero esa actitud me parece mezquina. Ya sé que es discutible, como todo lo que pongo por aquí, pero se me representa como alguien que pone barreras, que se muestra como un simulador de la vida,y eso me pone, simplemente, nerviosa.

Los casados, éstos, únicamente por razones prácticas. Nunca coincidirían nuestros horarios y días libres.

Los que ponen fotos de la polla. Si piensan que así seducen a una mujer, mejor no probar nada más.

Los que definen a la mujer de sus sueños como una persona "aseada". No sé, no se me ocurriría poner esa condición para que un hombre me resulte atractivo, no es que me guste que huela a tigre, pero con todas las cosas importantes que hay que definir, hablar de la limpieza, me da qué pensar.

Los que especifican que buscan una mujer atractiva, morbosa, imaginativa, activa, ardiente para llegar a las más maravillosas cimas del placer conjunto.... pues me da miedo no dar la talla ¿seré lo suficientemente atractiva, morbosa, etc???

Los que buscan sado-maso, sumisión y todas esas cosas que no me van nada.

Aplicando todos estos criterios, aun quedan demasiados, a ver... tengo que buscar más... También podria pensar criterios para inclusión ¿no?. Continuará...
26 Comments   (Page:)
IGNACIO Y JULIA
Posted:Nov 26, 2010 2:56 pm
Last Updated:Sep 30, 2015 4:34 pm
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Tenía un día especialmente torpe, también porque iba como siempre, llena de trastos, el bolso, la cartera, la taza de té en una mano y encima queriendo pillar una pasta de esas que tanto me gustan y que me como a pequeños mordisquitos. Un mordisco y luego un sorbo de té, mientras la mantengo en la boca. A mi marido le parecía una forma repugnante de comer ¿no es peor mojarla en la taza? Es el mismo principio, pero yo lo hacía todo dentro de mi boca.

Bueno, así estaba haciendo equilibrio con la taza que casi se me vuelca cuando intenté coger la galleta con la misma mano con la que tenía la cartera. La cogió al vuelo, hola, chica en apuros, me dijo, y allí lo vi con esas gafas como culo de botella y ese look de progre de los setenta, pantalón de pana incluido. Hola, gracias, me ruboricé, soy torpe por naturaleza, y así comenzamos a hablar en ese desayuno organizado en el Villamagna, llenos de peces gordos de empresas que querían mostrar su buena cara al mundo, lo que llamaban “su responsabilidad social” y allí estábamos él y yo tratando de ver cómo podíamos “sacarles” algo, tan poquito que daba vergüenza, pero que era un mundo para aquellos a los que intentábamos ayudar, quizás lo que les iba a dar la opción de vivir.

Me lo llevé a casa, casi sin conocerlo, pero como si hubiéramos vivido algo importante juntos, tanta era la complicidad que sentíamos entre ese mundo que nos era ajeno, aunque no completamente.

Lo dejé en la entrada y me fui al dormitorio, a la habitación más alejada. Todavía tengo la imagen del largo pasillo de tarima oscura y su imagen pequeña en el salón iluminado. También recuerdo que pensé qué hacía él allí, un extraño en mi cotidianeidad, qué raro todo.

Cuando volví estaba mirando una foto mía, de espaldas, desnuda, una bonita foto de mi culo. ¿Eres tú? Se dio la vuelta con la foto en la mano, con un gesto entre interrogante y admirativo.

Sí, yo, me la hizo Uraci, mi profesor de tenis. Con él aprendí a disfrutar del sexo. Mi marido se enfadaba si yo usaba su toalla, decía que después le olía a coño, y Urací hundía su nariz a propósito en mis bragas y se quejaba de que me lavaba demasiado. Todavía me da la risa cuando lo recuerdo. Menuda diferencia.
Lo solté todo así, con desparpajo, casi sin darme cuenta de las intimidades que le estaba contando.

Con semejante comienzo, terminamos en la cama, y fue al acabar, cuando estábamos los dos boca arriba, uno al lado del otro, todavía con la respiración agitada, que me contó que estaba casado con una belleza negra de Gambia, que ya no era tan bella por los años y por el dolor de haber perdido a su único hijo, que ya no compartía nada con ella pero que se sentía profundamente obligado, que vivía peligrosamente en los lugares del mundo a los que nadie quería ir y que eso era lo único que lo motivaba a seguir viviendo y muchas cosas más que no quise seguir escuchando y me tapé los oídos y me puse a llorar.
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OTRO DE LA JUANI
Posted:Nov 21, 2010 10:09 am
Last Updated:Sep 30, 2015 4:34 pm
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Era un cutre e impersonal restaurante de menús, pero Juani le daba un toque personal. Solía recordar lo que sus comensales habituales preferían, las manías de cada uno, y se adelantaba al pedido. Los conocía a todos, a muchos por sus nombres, pero ella se le resistía; siempre la veía sola, y la tenía intrigada. Era alta y elegante, llevaba el pelo corto pero con un mechón más largo que le daba un toque muy actual, como se veía en las revistas. Juani era consciente del nivel del establecimiento, de su olor a fritanga, de los gritos que tenía que dar por el interfono para que le subieran pedidos: “¡venga ya, los segundos de la cuarenta y dos, que tienen prisa!”, “aquí mando de nuevo un plancha, que está poco pasado, ¡ya lo había advertido, es que no me hacéis caso, jolines!”, y veía con claridad que ese ambiente no le pegaba a esa señora, porque era realmente una señora.

Llegaba a la misma hora, la miraba interrogante para que Juani le designara mesa, se iba a su sitio, se quitaba el abrigo que dejaba en el perchero, y se sentaba. La más de las veces sacaba una libreta azul en la que tomaba notas. No lograba ver qué apuntaba allí, a veces se quedaba un rato pensando, soñadora, y luego escribía apresuradamente. Debe ser poetisa, pensaba, o quizás periodista, o, qué tontería, quizás solo está haciendo la lista de la compra. Juani ya sabía que no le gustaba la cebolla en la ensalada y que prefería el agua del tiempo. Cuando era verano, corroboraba la elección “¿hoy también agua del tiempo?” y a veces ella le decía que no, que fría, gracias, con el calor que hace hoy….

Era amable pero no simpática, sonreía poco pero decía “gracias” muchas veces y se veía que le gustaba que Juani conociera sus gustos. “En eso es igual que todos”. Nunca tomaba pan. Cuidaba su figura esbelta. Ésta es una ejecutiva de las de por aquí, seguro que manda mucho. Se sorprendió el día que descubrió que se comía las uñas, la verdad que tenía los dedos lamentables, uñas destrozadas y padrastros arrancados, los tenía llenos de pequeñas heridas, una pena, porque tenía manos bonitas. Casi le hace un comentario, pero se contuvo, seguro que le iba a parecer impertinente. Durante una temporada apareció con un señor, más o menos de su edad, cincuenta y pico. Él siempre pedía una cerveza, un tercio y también le encantaba cuando Juani decía “y un tercio para el señor”, como a todos. Se los veía muy contentos y dicharacheros cuando comían juntos. Se los veía cómplices. Juani pensó que serían amantes. No podían ser simples compañeros de trabajo, aunque nunca hicieron ningún gesto que le diera lugar a pensar que tenían intimidad, algo notaba ella en el ambiente. “Estos, si no amantes ahora, lo han sido, yo, es que lo huelo”. Probablemente él estaba casado. Intentó infructuosamente ver si tenía anillo. Le parecía que no, pero vamos, muchos no lo usan, así que… Pero de golpe y porrazo, el señor del tercio desapareció. Otra vez ella completamente sola.

Juani pensó que probablemente la mujer del tío se había dado cuenta, o que él se había ido de viaje, o que ella lo había mandado a paseo porque no era de las que aguantan estar de segundonas, pero por más que buscaba unos ojos enrojecidos o una boca apretada de amargura, sólo veía un semblante calmo, centrada en sus cosas, como habitualmente, ajena al mundo ruidoso del restaurante. Siempre tomaba fruta de postre y no tomaba café, si acaso, alguna vez, un poleo menta. Y cuando ya pensaba que el señor había pasado a la historia, va y aparece, claro, se quedó de una pieza cuando ella le dijo “y el señor un tercio, como siempre ¿verdad?”. ¡Qué sabía él del marcaje estrecho que Juani hacía, como para olvidarse. Pero fue un hecho puntual, que se repetía cada cuatro o cinco meses. Lo normal es que comiera sola, no era eso lo raro para Juani, lo raro es que nunca charlara con ella, como hacían las otras, que no supiera nada después de tanto tiempo, años ya, eso era lo raro. Los viernes no iba a comer, así que era de las de jornada intensiva. Por eso, cuando se despedían los jueves, Juani siempre le decía “hasta el lunes” aunque ella le dijera el “hasta mañana” de rigor. También a veces aparecía con un chico joven, muy alto, pero ese sí que tenía pinta de ser alguien del trabajo. Charlaban muy animadamente. Juani no dejaba de sorprenderse de que una persona que era tan solitaria, como lo evidenciaba por el hecho de comer siempre sola todos los mediodías de su vida, podía ser tan simpática, risueña y charlatana en cuanto estaba con alguien. En sus idas y venidas Juani había oído que el chico tenía alto el colesterol, por eso, cuando pidió dos platos del menú del día que tenían huevo le advirtió de la mala elección. Ella entonces le sonrió y le dijo, “Juani, que bien que atiendes a tus clientes, eres un ejemplo”. Caray, conocía su nombre, se dirigió a ella y le dijo algo más que los platos elegidos, que los gracias y hasta luego, y si tenía prisa o no ese día. Se sintió algo en desventaja, porque ella sabía su nombre en tanto que Juani no tenía la menor idea de cómo se llamaba, nunca había oído nombrarla.

Últimamente se ha producido un cambio en la situación, ya no se sienta en la mesa sino directamente en la barra. Ahora Juani la tiene más cerca, y seguro que algún día le hará alguna confidencia. Pero por ahora, se trepa al banco alto, elige los platos, y extiende el periódico. Se enfrasca completamente en la lectura, que solo interrumpe para decirle “gracias” cuando le retira el primero y le pone el segundo. A veces le pregunta si los kiwis están maduros. Nada más. No importa, algún día surgirá, se sentirá vulnerable y tendrá que contar algo, a todo el mundo le pasa, ella no va a ser diferente. Juani solo tiene que tener paciencia y eso le sobra.
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DE CAZA
Posted:Nov 20, 2010 1:30 pm
Last Updated:Sep 30, 2015 4:35 pm
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Es sábado por la noche, por la ventana entra en run run de la ciudad. La casa está en silencio. Pienso qué estarás haciendo y no se me ocurre imaginármelo. ¿Qué se puede hacer un sábado por la noche en una capital de provincia? Ir de vinos, seguro, me respondo. ¿Y por qué yo no estoy por ahí, un sábado por la noche? Así no se me caería la casa encima y no estaría preguntándome qué otros ojos, qué otras pieles te tienen hechizado ya que no me respondes ni sé nada de ti. El rumor me abruma, el silencio más, mejor me voy, aunque sea sin rumbo, quizás haya suerte y...
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OTOÑAL
Posted:Nov 15, 2010 1:54 pm
Last Updated:Sep 30, 2015 4:36 pm
2895 Views

El otoño tardío llegó, por fin, con sus ocres y su lluvia finísima, tan fina que no sabíamos si llovía o no. Qué bueno hacer pereza en la cama mientras los árboles se van pelando, y todo se pone hecho un barrizal, y la ciudad a veces se parece a ese campo que nos rodea y parece que estuviera hecha de su misma materia, a pesar del cemento, a pesar de los coches y de la gente, a pesar de todo, nosotros dos, en la cama blanca y blanda, mientras el tiempo corría hacia no se sabe dónde y no sabíamos que hacer con nosotros mismos, en esa novedad del invierno y de lás próximas heladas que ya nos estaba entrando en el pecho, el frío de los próximos dos meses sin vernos. Qué tonta soy, no logro no pensar y qué más da, vivamos el presente, pero no sé, te siento distante y eso me preocupa, como en la canción, y querría decirte que es mi culpa, que no logro estar en el aquí y ahora, no sé por qué, quizás porque no me creo que quieras estar aquí conmigo en la cama blanca y blanda, mientras afuera, cae el orvallo, como decían en mi pueblo, y aunque no lo parezca, penetra en mi corazón y lo hiela, porque no te siento próximo y me da miedo....
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TREINTA Y CUATRO PUÑALADAS
Posted:Nov 9, 2010 2:31 pm
Last Updated:Nov 21, 2010 10:04 am
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Cada día venía con un tío diferente.
¿Cada día?
Bueno, cada día no, pero dos ó tres veces a la semana sí.
¿La conocía?
Parece que hacía bastante que vivía en esta casa. La verdad que enseguida me fijé en ella, tan elegante, tan discreta. Podía observarla a gusto cuando se paraba a abrir el buzón del correo. Es que queda justo enfrente de mi puerta. Supongo que sería directora de algo, iba muy bien vestida al trabajo, trajes de chaqueta, casi siempre oscuros, tacones. Debía tener bastante dinero, porque usaba perfumes caros, eso sí lo distingo yo. Cuando entraba al cuartito a pagarme el alquiler, dejaba un aroma que duraba por horas. En ocasiones también lo notaba en el portal. Es que yo tuve siempre mucho olfato ¿sabe?
Bueno, volvamos a lo de sus amantes.
Sí, tenía bastantes, perdí la cuenta de todos los que vi pasar por aquí en estos dos años. Pero últimamente se repetían unos cuantos. Uno era alto, delgado, fibroso. Tenía barba y pelo blancos y nunca me saludaba. Tenía cara de pocos amigos, la verdad que parecía algo amargado. A veces llegaba despeinado y con ojos de loco. Era un hombre muy atractivo pero daba un poquito de miedo. Otro era un poco bajo, muy simpático, por lo menos la hacía reír. Los oía cuando bajaban juntos por la escalera, porque ella nunca usaba el ascensor, decía que no valía la pena ya que vivía en la segunda planta. Este tenía los ojos azules y muy poco pelo. Parecía un director también, como ella, pero iba en moto ya que llevaba muchas veces un casco en la mano. Últimamente la visitaba mucho también uno más mayor, totalmente calvo, muy elegante y formal. Ese venía por muy poco rato, normalmente la pasaba a buscar y se iban juntos, ella lo llamaba “cielo” y cosas así, él tenía pinta de ser bastante vicioso. No sé decirle por qué, ya le dije, tengo olfato, quizás por cómo la miraba cuando ella bajaba. Sí, ya sé que es difícil ver una mirada desde aquí, pero qué quiere que le diga, yo veo todo, lo que quiero y lo que no quiero. También tuvo una breve relación con un chaval joven, él tenía pinta triste, como de querer y no poder. Siempre subía corriendo las escaleras y a veces se iban juntos, muy agarraditos, muy callados y muy serios los dos. Era una relación un poco fúnebre, qué quiere que le diga.
Últimamente ella parecía preocupada. Seguía siendo muy educada, y me decía, “Ay, Juani, siempre tengo que ensuciarle el portal” porque muchas veces coincidía que salía cuando yo estaba fregando, pero no paraba de hablar por el móvil. Tenía no sé qué problema con el “elenco”, eso lo oí con claridad. “No logro mantener completo al elenco”. Eso dijo, lo oí muy claro. No tengo idea de qué quiso decir. También oí algo así como que “cuando no se me enfada uno se me enfada el otro”, es que además de olfato tengo un oído muy fino, pero claro, pasaba como una exhalación y sólo me quedaba con un pedacito de frase. Pensé que algo le debía salir mal con los amantes. El del casco hace mucho que no viene, y el chaval joven fue visto y no visto. Los otros dos eran los más habituales y los más constantes. Ah! y otro, también bastante joven, la verdad, alto, moreno, con barba, pero a ese lo vi una sola vez, hará dos semanas.
¿Ayer? Ayer no oí nada raro, tampoco la vi llegar ni vi entrar a nadie a su casa. No puedo creer que la hayan matado, y encima con tanto ensañamiento. Treinta y cuatro puñaladas. Increíble.
Sí, está difícil, mucho sospechoso, yo a veces pensaba que le podía pasar algo, con tanto trasiego de tíos para arriba y para abajo, pero me decía “Juani, ves mucho la tele”, y ¡mire por dónde!
Sí, los más sospechosos parecen los habituales, especialmente el de ojos raros, pero qué quiere que le diga, a mí, el jovencito triste me da mala espina, mire que ya le dije que tengo mucho olfato…..
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CON QUIENES SE JUNTA
Posted:Nov 3, 2010 1:41 pm
Last Updated:Sep 30, 2015 4:37 pm
2524 Views

No debería estar aquí, ya lo sé, debería estar preparando el trabajo en equipo con mis compañeros. De hecho, estaba yendo para allí pero en el camino me lo encontré. ¿Cómo puedo hacer caso omiso de su sonrisa encantadora?
Carlos, no puedo, tengo que estudiar, tengo un examen mañana, dije sin mucha convicción.
Venga, sólo una copa y luego te llevo adonde me digas.
Sé que está mal, que debo decir que no, pero lo que me sale es un sí que hasta a mi me sorprende y allí me voy, otra vez de juerga nocturna por el Madrid de sus amores. Pero si sé que terminaré hecha una piltrafa, que no sé beber, Carlos déjame marchar, venga. Que no, que te llevo, ya verás, sólo una vueltecita y una copichuela y como nueva. Ya no bebo como antes, me cae mal, al día siguiente no soy nadie y no puedo ir a clase, estaba perdiendo el curso, por eso lo he dejado. Pero qué tonterías, sólo es saber parar a tiempo, si se puede estar a todo, no seas así, ven a que te muestre un nuevo sitio en el que hacen unos cocktails estupendos. Tenían antes un restaurante y les iba muy mal, pero se especializaron en esto y mira, de moda total, si hasta salen en la guía del ocio. Su vitalidad me contagia y me digo, qué mas da, sólo media hora y además, después él me lleva. Pero eso pasó hace mucho tiempo, ya no estamos en el sitio de los cocktails, ahora estamos en El Sol, como siempre, y Carlos está inclinado sobre el mostrador, en un ángulo extraño, y yo tampoco respeto mucho la verticalidad, y sé que tengo el móvil lleno de llamadas perdidas que no contestaré porque ya es inútil, seguro que de Cristina que estará harta de esperarme en su casa, sin duda han acabado el trabajo sin contar conmigo, y se dirán, como siempre, no es mala chica, el problema es con quienes se junta.
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DE LUNAS Y HOMBRES LOBO
Posted:Oct 24, 2010 1:53 pm
Last Updated:Sep 30, 2015 4:37 pm
2823 Views

Iba tomando forma el fuego en la chimenea. Qué bueno estar allí, contigo a mi lado, en ese casa frente a la laguna. Hoy hay luna llena, me dijiste. Pero aunque salí varias veces al frío de la noche, no podía verla. Nos reímos bromeando con el hombre lobo. Es un mito muy erótico, te dije, sí, como el de los vampiros, me dijiste. Y no sé si fue la luna o el fuego de la chimenea, o la música de ópera que pusimos porque fue la única que encontramos, pero esa noche follamos como nunca, nos sentimos como nunca. ¿Tendremos que esperar a la próxima luna llena?
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